En un país como España, donde cuatro canes son dejados a su suerte cada 5 minutos, según cuenta un artículo de El País, la solución que han encontrado las asociaciones animalistas es enviarlos a hogares fuera del territorio nacional. Y es que el índice de abandono es más alto que el de adopciones. Sin embargo, en países como Alemania, muchas familias no solo los adoptan, sino que piden que les envíen perros enfermos o viejos para cuidarlos el tiempo que les quede de vida.
A Chispita lo abandonaron en el municipio de Denia (Alicante). Era apenas un cachorro, enfermo y asustado, que sobrevivía en un parque comiendo de lo que algunos dejaban para los gatos callejeros. Aunque tenía ya una mascota rescatada de la calle, una residente de la localidad lo recogió y llamó a una protectora pidiendo ayuda. Ellos se harían cargo de los gastos veterinarios y de buscar una familia adoptiva, seguramente en Alemania.
Chispita, además de pulgas, garrapatas y desnutrición, tenía la filaria (una grave enfermedad parasitaria, también conocida como gusano del corazón). El tratamiento fue largo y doloroso, pero Amalia estuvo a su lado y, después de seis meses, decidió adoptarlo. Chispita lo agradece con su mirada y su fidelidad cada día. Si alguien le pregunta, ella siempre responde lo mismo: “La bondad perruna me hace mejor persona”.
Una situación que se agrava en destinos turísticos
También en las Islas Canarias, destino escogido por 14,21 millones de turistas internacionales en 2017, el índice de abandono de animales de compañía es el más alto de toda España, según ha publicado el diario ‘La Provincia’. Cada año, sólo en Gran Canaria, unos 10.000 perros y gatos son abandonados a su suerte en zonas urbanas y rurales. Esto, sin lugar a dudas, empaña la imagen del Archipiélago como enclave paradisíaco, así como la de sus pobladores.
Aunque no existe un censo, se estima en más de un millar la población de gatos en la zona turística del Sur (Maspalomas, Mogán, y otros enclaves). Muchos son alimentados por particulares, algunos de ellos extranjeros residentes en las Islas, y por organizaciones protectoras de animales. Lógicamente, esta gran colonia de felinos provoca molestias como olores, restos de comida esparcidos por la calle, maullidos y peleas en época de celo.
Una imagen en peligro
Y no son sólo flagrantes cifras de abandono, sino que ello se suman los casos de maltrato animal. En febrero de 2017, Yahaira Thovar, presidenta de La Asociación para la Defensa y Protección de los Animales en Canarias (Adepac), denunció ante los medios de comunicación la organización de una pelea de perros en el municipio tinerfeño de Güímar, y aseguró que este no era el único caso de maltrato animal que se daba en las Islas. “Sigue habiendo peleas de perros y zulos llenos de animales”, sentenció Thovar.
En ese momento, la presidenta de Adepac abogó por un cambio en la ley de protección animal, el endurecimiento de las penas, así como por el cumplimiento de la normativa vigente. Afirmó que en las protectoras estaban "cansados y agotados" de denunciar este tipo de hechos ante las instituciones "una otra vez", así como de recibir correos y llamadas, sobre todo de extranjeros, informando de barrancos y zulos en los que hay animales en condiciones lamentables.
Primeras condenas
Esta situación se repite en otros puntos de referencia turística en España arrojando una imagen muy negativa a unos turistas cada vez más comprometidos con el respeto a los animales, por ello, España está empezando a reaccionar. Recientemente, el Juzgado de lo Penal 14 de Málaga ordenó el ingreso en prisión de Carmen Marín, expresidenta de la protectora Parque Animal de Torremolinos (Málaga), condenada a tres años y nueve meses por el sacrificio “masivo” e “indiscriminado” de perros y gatos en este albergue. Sin duda alguna, una condena sin precedentes en España que abre un camino de esperanza para todos aquellos que llevan años luchando porque se respeten los derechos de los animales.
A Saudy Araya, presidenta de la protectora Rescate Animal (Cero Sacrificio) en el municipio de Tías, Lanzarote, otro destino turístico muy popular del archipiélago canario, le parece “muy poca condena”; sin embargo, se siente satisfecha puesto que, por primera vez, alguien entrará a la cárcel en España por maltrato animal. “Estoy feliz de que vayamos avanzando en este tema, aunque no nos parezca una gran condena por haber matado a tanto ser vivo”, afirma.
Esta protectora no recibe subvención alguna. Sobrevive gracias a la celebración de eventos y las huchas que reparten en los comercios colaboradores. Con el apoyo del voluntariado y las casas de acogida, pueden ayudar a un mayor número de animales. “Actualmente tengo una colonia bastante grande de gatos adultos en mi casa que hemos tenido que sacar de la calle, porque corrían peligro de ser atropellados o atacados por personas no amantes de los animales”, cuenta Saudy y agrega que los países que más se implican en las ayudas y las adopciones son Austria, Suiza y Alemania.