La aprobación para la construcción de casi 1.500 plazas hoteleras en La Aldea de San Nicolás es vista por muchos como el inicio del fin de la agricultura en este municipio ubicado al oeste de la isla de Gran Canaria.

El pasado 30 de marzo, el Pleno del Ayuntamiento aprobó una modificación de su Plan General de Ordenación Supletorio para que unos terrenos de 170 hectáreas, ubicados entre el Barranco del Cañizo y la variante GC-200, acojan un complejo turístico de lujo impulsado por la familia Romero Mur, propietaria de la hotelera Mur Hotels.

“Con ello se logrará dotar al municipio de una nueva oferta turística que complemente la actividad agrícola de la zona del Valle de La Aldea”, aseveraban desde el ayuntamiento grancanario en un comunicado, y es que, debido a su ubicación geográfica y el difícil acceso, este municipio es uno en los que menos está desarrollada la oferta vacacional de toda la isla.

Una excepción que puede estar llegando a su fin

La Aldea se caracteriza por la preeminencia del sector primario, especialmente, la agricultura, siendo el tomate —para consumo y exportación— su principal cultivo. Con el paso de los años se ha llevado a cabo una estrategia de diversificación con aguacates, papayas, plátanos y mangos.

Del total 753 afiliados a la Seguridad Social en el municipio, 588 pertenecen al sector agrario, según los datos de febrero de 2023. Es decir, el 78% de los trabajadores del municipio lo hacen vinculados a la agricultura.

Esto supone toda una excepción en una comunidad autónoma en la que el turismo supone el 35% del PIB y el 40% del empleo; pero ahora todo apunta a que este municipio seguirá los pasos de otros como Telde o Ingenio, donde el sector servicios ha ganado terreno al primario.
 

¿Cuáles son las causas?

Si La Aldea no sucumbió a los años del boom turístico de los 70 y las décadas posteriores, ¿por qué ahora?  Una de las respuestas se halla en el Brexit, que ha hecho que sea más caro enviar productos a Reino Unido, reduciendo los beneficios de los agricultores al mínimo.

Y es que la salida de los británicos de la Unión Europea ha provocado que las instituciones comunitarias hayan retirado las ayudas para el transporte de mercancías al archipiélago anglosajón, lo que ha supuesto un duro golpe para los agricultores canarios, ya que se trata de su principal mercado importador.

Las exportaciones de tomates desde Gran Canaria acumulan años de descenso. Desde las 133.453 toneladas de 2005 (según ISTAC) se han acumulado sucesivos años de caída hasta las 26.602 toneladas de 2022.

Muchos podrían apuntar a que la respuesta está en enfocarse a otros mercados europeos, pero en este caso aparece otro factor que ha golpeado a la agricultura canaria: el tomate de Marruecos. La competencia es intensa, porque los costes laborales son diferentes —más si se tiene en cuenta el reciente incremento del Salario Mínimo Interprofesional en España—.“El producto es más barato, es imposible competir con Marruecos. Se ha intentado mejorando la calidad, pero no es posible”, comentan fuentes a Tourinews.

Añaden que quedan pocos agricultores en Gran Canaria y que los que están apenas pueden sobrevivir. “El sector tomatero se está muriendo y no hay futuro”, remachan. A todos estos contratiempos se suma la dificultad para encontrar mano de obra que quiera trabajar en la agricultura.
 

El proyecto hotelero

De hecho, el citado proyecto hotelero al que ha dado el visto bueno el Ayuntamiento de La Aldea —aún tiene que superar trámites ante el Cabildo de Gran Canaria, el Gobierno de Canarias y demás instituciones— se levantará en una finca que abandonó el uso agrario hace años.

Sin embargo, el desarrollo turístico no garantiza el éxito, puesto que se trata de un destino muy desconocido en el exterior y cuyo acceso es especialmente enrevesado, aunque esto ha mejorado con la construcción de una nueva carretera que reduce el trayecto desde el Aeropuerto Internacional de Gran Canaria en más de una hora (el trayecto dura 80 minutos aproximadamente).

Actualmente, La Aldea cuenta con dos hoteles (67 habitaciones), cinco casas rurales y un albergue, así como zonas de acampada y diversas viviendas vacacionales.

Te recomendamos