Pese a ser la tercera ciudad más poblado de España, Valencia es quizás una de las ciudades más desconocidas de cara al turismo. La fuerte competencia que ejercen Madrid o Barcelona como destinos urbanos eclipsa a una capital del Turia que está en plena ebullición.
Tras años de estancamiento, despertó en 2015, año en el que registró 4.106.000 pernoctaciones (+9%) y 1.867.000 turistas (+8%) según el Instituto Nacional de Estadística. Ahora gracias al reconocimiento de las Fallas como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, desde el órgano de promoción turística quieren desarrollar todo su potencial turístico.
Aprovechando la fuerte actividad en Fitur 2017, Tourinews analizó junto a Antonio Bernabé, director de la Fundación Turismo de Valencia las posibilidades que tiene la población más grande de Levante para competir rodeada de algunos de los principales destinos de sol y playa del país mediante su patrimonio y su apuesta por el turismo ejecutivo.
¿Quiere convertirse Valencia en la alternativa a una saturada Barcelona?
Nosotros no queremos ser una alternativa, queremos tener nuestro propio espacio sin ser una contraposición a Barcelona, porque Valencia ofrece multitud de posibilidades y atractivos que nos diferencian bastante de ella. Lo que queremos es ocupar un espacio propio y creo que estamos en un momento magnífico para conseguirlo. Las cosas nos están saliendo bien, han reconocido las singularidades y atractivos que tiene la ciudad y lo estamos viendo en los resultados. Hemos crecido cerca de un 10% en 2016 en las pernoctaciones, fundamentalmente hemos crecido en el internacional (un 16%). Estamos creciendo en rentabilidad y también ha mejorado la percepción que tienen tanto los turistas que nos visitan como los prescriptores que traemos permanentemente (periodistas, bloggers, agentes de viajes, operadores).
¿Cuáles son sus ventajas respecto a sus competidores?
Como señalabas, tenemos una ventaja frente a Barcelona: que Valencia no es una ciudad saturada y todavía ofrece autenticidad, algo que la Ciudad Condal ha perdido un poco; no obstante, considero que Barcelona es un ejemplo de éxito como gestión de destino urbano y se ha posicionado como ninguna otra ciudad española a nivel mundial.
Además, tenemos numerosos atractivos tanto desde el punto de vista del patrimonio histórico, como el más vanguardista como pueden ser la Ciudad de las Artes y las Ciencias o la Marina Real. A todo ello hay que sumarle uno de los cascos históricos más grande de Europa con 2.000 años de historia y un parque natural dentro de la ciudad, que es la Albufera. Esa combinación junto a que está rodeada de huerta, otra singularidad que tienen muy pocas ciudades, nos dan muchas posibilidades.
¿Tiene capacidad la planta hotelera de la ciudad para absorber un aumento del turismo?
La ciudad tiene capacidad de absorción para los turistas que ahora mismo tenemos, lo que sí que está ocurriendo es que se está incrementando el precio y está mejorando la rentabilidad. Partíamos de niveles muy bajos porque la capacidad hotelera creció mucho por la Copa América y estaba infrautilizada. En concreto, tenía determinados momentos punta en los que estaba llena, pero luego tenía momentos valle, y todo esto empieza ahora a recuperarse ya que crece la ocupación a lo largo del año, que todavía tiene margen para crecer. Además, se están produciendo nuevas inversiones en hoteles singulares sobre todo en el centro histórico.
A la hora de evitar los mencionados valles, ¿es un sector clave el ejecutivo?
Estamos trabajando producto a producto todos los potenciales y recursos que tiene la ciudad para posicionarla entre las mejores propuestas urbanas de Europa y entre ellos destaca el MICE. Es uno de los productos que está funcionando muy bien y todo el año. Estamos creciendo en número de congresos y además hemos creado un programa específico con la participación de todo el sector y de las sedes como el Palacio de las Artes, la Ciudad de las Artes y las Ciencias, el Palacio de Congresos o el recinto ferial.
Además, estamos estructurando toda la oferta en base a productos como gastronomía, cultura o cruceros que buscan desestacionalizar e incrementar el gasto y estamos empezando a ver que empieza a ver resultados.
¿El crecimiento turístico de la ciudad se está reflejando en un incremento del alquiler vacacional?
Si se está produciendo un tremendo incremento del alojamiento turístico fuera del hotelero. Está pasando en la mayoría de grandes ciudades europeas y se está convirtiendo en un problema real. Ahora estamos en pleno proceso para abordar la problemática y regularizar toda la situación para que no haya competencia desleal y para que no haya tampoco ni saturación ni molestias a los vecinos o problemas de convivencia.
Y hablando de turismo ejecutivo, ¿qué futuro le augura a la nueva conexión aérea con Barcelona?
Estoy convencido de que funcionará. Esta ruta no conectará solo con la Ciudad Condal, sino con un montón de ciudades tanto europeas como intercontinentales. Por tanto, creo que entre el tráfico directo y el tráfico que venga a través del hub la conexión será positiva y funcionará.
¿Cuáles son los principales mercados emisores para la ciudad?
Para Valencia, el primer mercado es Italia, el segundo Holanda y el tercero es el británico. Le siguen alemanes, franceses y norteamericanos.
¿Qué influencias cree que el Brexit puede tener en la llegada de británicos?
El británico, pese a ser el tercer mercado, es importante y ha sido el turista que más ha crecido a un ritmo del 30% en 2016. Por tanto, de entrada no nos está afectando, no obstante, es un tema muy complejo que nos ha preocupado enormemente y que aún nos ocupa, pero estamos poniendo todo de nuestra parte para que el impacto sea el mínimo.
Durante 2017 la ciudad será sede de la Cumbre internacional de presidentes de asociaciones de agencias de viajes, ¿cómo le afecta?
Es un elemento más para poner a Valencia en el mapa. Va a ser uno de los más importantes en 2017, sobre todo, en el sector de la intermediación que es especialmente importante, no sólo en el mercado europeo, sino en el intercontinental. Vamos a tener la oportunidad de que representantes de las agencias de viajes de las dos Américas, de Asia, de Europa del Este puedan pueden convertirse en magníficos prescriptores para atraer nuevas agencias de viaje que vendan la ciudad.
¿Qué supone para la ciudad que las fallas se hayan convertido en Patrimonio de la Humanidad?
Es nuestro tercer Patrimonio de la Humanidad. Teníamos la Lonja y después se declaró el Tribunal de las Aguas, como Patrimonio Inmaterial, igual que ahora lo son ya Las Fallas. Es el reconocimiento a una tradición, a una fiesta que es el símbolo de nuestra cultura y de nuestro estilo de vida mediterráneo. En el reconocimiento se incluye la creatividad valenciana, reflejada en los monumentos que se plantan en las calles; la música que acompaña durante la fiesta a todos los pasacalles; las mascletás, que son un homenaje al ritmo trepidante de los valencianos y de la propia fiesta; y la luz y color de los fuegos artificiales. Es una fiesta que se financia y se hace con el trabajo de la gente, por lo tanto, es un reconocimiento y una satisfacción tremenda para todos los habitantes de la ciudad.
¿Qué impacto puede tener este reconocimiento a nivel de llegada de visitantes o promoción?
Durante la semana fallera la ciudad se llena, nos vienen a visitar cerca de medio millón de turistas, tanto de la región, como el nacional y el internacional. Sobre todo, también es un escaparate magnífico para la promoción de la ciudad gracias a todos los reportajes que se hacen de una fiesta tan singular todos los medios de comunicación internacionales. La repercusión es muy difícil de cuantificar pero tremendamente positiva.
Por su parte, la fiesta como tal tiene un impacto tremendo porque sostiene una industria completa en la que se incluye el sector pirotécnico, la industria de la indumentaria, vinculada al mundo de la seda -formamos por parte de la ruta transnacional hasta Asia-, y la la industria artesanal que es la del artista fallero.
Están en racha también con la inclusión del emoji de la paella en Whatsapp…
Esto forma parte de la creatividad y del espíritu internacional de la capital del Turia y de sus habitantes. Al igual que las fallas existen gracias a la iniciativa de los valencianos, el emoticono surgió por un grupo de gente que apostó por hacer de la paella un icono internacional, aunque ya lo era desde el punto de vista gastronómico. Hay un estudio de una escuela de arroces de Valencia, que asegura que en las redes sociales internacionales el plato español más conocido es la paella con mucha diferencia. Es más, si se compara con todos los platos del mundo, es el cuarto. Es uno de los iconos gastronómicos mundiales, y esto se merecía un emoticono.
Sin salir del arroz, ¿cuánto daño le hacen las versiones extrañas de la paella en mercados emisores de turistas como el británico?
El problema de todo lo que se globaliza es que luego cada uno lo interpreta, pero hay que quedarse con la parte positiva de que ya es un plato global y se reconoce mundialmente. Estas interpretaciones ofrecen otro argumento más para la promoción: ‘Ahora todo el mundo hace paellas, pero si tú quieres probar la auténtica ven a Valencia.’