A solo unas horas del encendido del pebetero olímpico y el arranque de los Juegos Olímpicos de París, la red ferroviaria de alta velocidad de Francia ha sufrido un “ataque masivo” que si bien no ha provocado víctimas personales, ha paralizado gran parte del país, con más de 800.000 usuarios afectados.

La empresa nacional francesa de ferrocarril (SNCF) ha manifestado que han sido víctimas de un acto de sabotaje. “Anoche, la SNCF fue víctima de varios actos maliciosos simultáneos que afectaron a los LGV Atlantique, Nord y Est", ha comunicado.

Mediante incendios provocados en Courtalain, en Croisilles y en Pagny-sur-Moselle, los atacantes han cortado tres de las cuatro rutas de velocidad del país, mientras que el intento de atacar, a la altura de Vergigny, el eje que conecta París con el sur ha sido frustrado, según apuntan medios locales. La línea Eurostar que conecta Reino Unido y Francia también se está viendo afectada.

El personal de la empresa ya se ha movilizado para llevar a cabo las reparaciones, sin embargo, se esperan “importantes retrasos y cambios de ruta" para los trenes de TGV, INOUI y OUIGO. De hecho, las estimaciones de SNCF apuntan a que no se reanudará la operativa normal hasta el lunes 29 de julio, por tanto, recomiendan a los pasajeros que “pospongan sus viajes”.


El ministro de Transportes galo, Patrice Vergriete, ha condenado “enérgicamente” los actos coordinados de sabotaje que "comprometerán la salida de vacaciones de muchos franceses”.

"Nuestros servicios de inteligencia y fuerzas del orden están movilizados para encontrar y castigar a los autores de estos actos criminales", ha aseverado el primer ministro, Gabriel Attal, quien destaca que se trata de actos de sabotaje realizados "de forma preparada y coordinada". En los medios galos se especula con que el ataque haya sido provocado por grupos de extrema izquierda o ecologistas.