La demarcación de Costas decidió el pasado julio que los restaurantes El Bungalow y El Peñon 1957, situados a pocos metros del mar de la playa de Ciudad Jardín de Palma (Mallorca), deben ser derruidos por motivos medioambientales. El primero de los establecimientos mencionados, sin embargo, no está dispuesto a cesar la actividad de su negocio. Laura Agiló, familiar de los propietarios del restaurante, ha iniciado una petición de firmas a través de la plataforma online Change.org, para demostrar al Gobierno Central que El Bungalow es un enclave respetado y valorado por los vecinos de la ciudad. A la hora de redacción de este artículo, la petición acumula más de 5.000 firmas.
"La actual política agresiva de la Demarcación de Costas pretende eliminar de nuestras costas los restaurantes de toda la vida, sin atender a la antigüedad y arraigo de nuestros negocios", afirmó Agiló, miembro de la familia propietaria del local de restauración explotado desde hace casi 40 años por la misma, y que hasta ahora no había afrontado ningún tipo de restricción por parte de la Administración.
"Costas no solo nos ha denegado la concesión para trabajar como restaurante, sino que pretende demoler la casa y el solárium público que hay en frente, cuando ambas cosas están construidas sobre roca viva (no sobre arena) y sería imposible su disfrute a partir de ese momento", añadió Agiló. La iniciativa también menciona al costero restaurante El Peñón 1957, afirmando que la destrucción de ambos afectaría al paisaje del barrio de Ciudad Jardín, al eliminar "los dos edificios más antiguos de toda la línea de playa".
Costas justifica la decisión por una infracción de la normativa que salvaguarda la zona de servidumbre de protección, aquella franja de terrenos de propiedad privada colindante con el dominio público marítimo-terrestre, que está sujeta a limitaciones, como en este caso, de distancia del edificio respecto al mar. Afirma el diario Última Hora que Costas alega que «la antigüedad de esta ocupación sin título no otorga más derecho, sino más bien al contrario, supone un reiterado incumplimiento de la normativa de costas, cuya permanencia solo se puede entender por la falta de medios materiales y humanos de que dispone la Administración».
Según cuenta el propio restaurante, El Bungalow dispone de una plantilla de diez trabajadores fijos todo el año y nueve fijos discontinuos.