Barcelona ha reducido un 15% el aforo de sus 10 playas, debido a los rebrotes de COVID-19. Así, la ocupación máxima, que ya se había restringido por la situación sanitaria, pasará de 38.000 a 32.000 personas. El objetivo es garantizar una mayor distancia entre los bañistas y así frenar la cadena de contagios. 

La medida, anunciada ayer, martes 21 de julio, entró en vigor de forma inmediata, aunque se cree que su efecto no será notable hasta el fin de semana, cuando los arenales de la ciudad condal registran mayor afluencia. Cabe destacar que el Grupo de Playas de la Guardia Urbana se encarga del cumplimiento de estas medidas de seguridad sanitaria y cuenta con la potestad para cerrar total o parcialmente los arenales si detecta infracciones, como es no respetar el distanciamiento social. 

La ciudad mantendrá el procedimiento de cálculo de superficie actual, que funciona con un sistema de videosensor. En total, existen 18 videosensores instalados en las diferentes playas. Este sistema se implementó el pasado 8 de junio, cuando se inició la temporada de baño, ya que permite modular el aforo en función de la situación sanitaria. 

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Playa de la Barceloneta, en Barcelona

Este procedimiento permite conocer en tiempo real la ocupación de las playas a través de unos indicadores tipo semáforo, disponibles en la web barcelona.cat/platges. De hecho, desde el ayuntamiento barcelonés recomiendan a los bañistas consultar la ocupación de los arenales antes de trasladarse a ellos. 

Indicadores 

  • Verde: ocupación baja, menos del 40%. 
  • Amarillo: ocupación entre un 40 y 60%. 
  • Naranja: ocupación alta, entre el 60 y el 80%. Se recomienda ir a playas con menor afluencia. 
  • Rojo: ocupación muy alta, de más del 80%. En este caso, se cierra el acceso a la playa. 

Desde el consistorio, a su vez, instan a los bañistas a instalarse por toda la superficie de la playa, no solamente en la orilla. Las diez playas de la ciudad cuentan con un sistema de vallas naturalizadas que delimitan las zonas a ocupar. 

Las playas de Barcelona cerrarán si no se cumple la distancia social | Foto: Guardia Urbana de Barcelona Twitter

La Guardia Urbana patrulla en la playa de la Barceloneta | Foto: Guardia Urbana de Barcelona Twitter

Retroceso en la desescalada

La decisión de reducir el aforo de las playas está en sintonía con el resto de medidas impulsadas por la Generalitat de Catalunya para frenar la oleada de contagios, entre las que figura la recomendación a los ciudadanos de no salir de casa, excepto por motivos esenciales (la compra de productos de primera necesidad, el traslado al trabajo o a un centro médico) y el cierre de locales de ocio y culturales. Estas medidas son efectivas para Sant Feliu de Llobregat (Barcelona), Barcelona capital y su área metropolitana; Figueres y Vilafant (Girona); y en las comarcas del Segrià y la Noguera (Lleida). Esta situación ha puesto en jaque la recuperación del turismo nacional, la esperanza del sector turístico para paliar los efectos letales de la pandemia.

Cataluña acumula 84.221 casos positivos de COVID-19 desde el estallido de la pandemia. La comunidad registra 40.432 dadas de alta hospitalaria, así como 12.644 muertes a causas de esta enfermedad o sospechosas de haber sido provocadas por el virus, según datos facilitados por la Generalitat. La comunidad cuenta con más de 4.000 casos diagnosticados en los últimos siete días y con más de 6.000 en los últimos 14.