Es una percepción general y las cifras lo avalan, en lo transcurrido de verano se ha disparado el número de casos de jóvenes fallecidos por caer de elevadas alturas. Esta funesta estadística se ha concentrado en las Islas Baleares y más concretamente en el municipio de Calvià, donde este año ya han fallecido cinco personas tras precipitarse al vacío.
Para hacer frente al balconing, el municipio turístico de Calvià aprobó en 2016 una Ordenanza para el Fomento de la Convivencia en la que se contemplan multas para aquellos que saltan o intentan saltar a la piscina o pasar de un balcón a otro por el exterior del edificio. En lo que va de año, la Policía Local ha impuesto tres sanciones por esta falta grave penalizada con cifras entre 600 y 1.500 euros, dos durante el mes de junio y una la semana pasada.
Pese a que el número puede parecer pequeño, es más relevante si se tiene en cuenta que durante todo el año 2017 se impusieron tres multas por balconing.
La Policía describe que el perfil habitual de los sancionados son jóvenes turistas que han consumido gran cantidad de alcohol y, a diferencia de como sucedía en el pasado, no tratan de saltar del establecimiento turístico a la piscina, sino que intentan pasar de una parte del edificio a otra.
No obstante, a través de un comunicado han aclarado que de los cinco fallecidos precipitados este año en el municipio de Calvià, cuatro han sido saltos y solo en un caso se trataba de una persona que intentaba pasar de un punto a otro desde una gran altura.