La propuesta del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana/Maspalomas y el Cabildo de Gran Canaria para “revivir” el Palmeral del Oasis de Maspalomas, espacio natural protegido en esta emblemática zona turística del sur de Gran Canaria, ha reabierto el debate sobre la excesiva antropización de los entornos naturales y la necesidad de repensar los espacios dedicados a la actividad turística.
“Los sures de Canarias necesitan una planificación que ponga en marcha la naturalización de los entornos”, comenta el arquitecto y urbanista Juan Palop al ser consultado por Tourinews. Descarga de cualquier responsabilidad al estudio de arquitectura encargado del proyecto y pone el foco en la falta de un marco estratégico definido tanto en cuanto a visión como a parámetros.
Un modelo que hay que cambiar
Remarca que la concepción inicial para las zonas turísticas era crear entornos más naturales para permitir a los visitantes relajarse lejos de la industrialidad y la artificialidad de las ciudades; sin embargo, con el paso del tiempo, se ha terminado haciendo lo contrario. Indica que ha sido un desarrollo positivo que ha generado crecimiento económico, “pero ahora toca naturalizarnos”.
En este mismo sentido se pronunciaron recientemente grupos ecologistas como Ben Magec-Ecologistas en Acción que, durante la celebración de unas jornadas técnicas el pasado mes de noviembre, hizo un llamamiento a la renaturalización del cauce final del Barranco de Maspalomas “aprovechando la existencia de fondos europeos para devolver al espacio natural su antigua frondosidad a la vez que asegurar la seguridad del barranco y aledaños en caso de emergencia”.
Y es que el tramo final de dicho barranco está cementado desde los años 70, algo que ha roto el ciclo ecológico por lo que crecían las plantas en los márgenes; de hecho, el propio palmeral para el que el Ayuntamiento ha propuesto el nuevo diseño se ve afectado y debe recibir riego artificial.
Trabajar por el bien de la ecología y del propio turismo
“Hemos creado destinos artificializados y ahora nos toca trabajar”, concluye Palop, quien recomienda apostar por un entorno más amable y menos artificial e industrializado. “Esto no es solo mejor para el medioambiente y la población, sino también para el negocio turístico”, asevera.
Se corre el riesgo de que los destinos dejen de ser agradables para el visitante, que opte por quedarse en su ciudad o país de origen en caso de que en él sí que se lleven a cabo estrategias verdes.
Potenciar el principal valor turístico de Canarias: el buen tiempo
El fundador de la empresa LPAStudio resalta que habría que abordar con más profundidad la importancia del paisajismo y el entorno urbano en las zonas turísticas y hace un llamamiento a pensar mejor el espacio abierto, teniendo en cuenta que el principal aliciente para muchos visitantes es el buen tiempo.
Considera que la clave está en trabajar con planes estratégicos y subraya que La Agenda Urbana Española es una herramienta fundamental. “Debemos decidir qué tipo de entornos queremos que se desarrollen en los próximos 50 años”, remacha.
Palop subraya que antes de hacer cualquier intervención sería esencial hacer estudios previos para saber cómo enfocar las intervenciones, a qué tipo de usuarios se dirigen, cuál es la condición ambiental actual, qué se pretende potenciar o qué se pretende corregir. En esta fase, añade, es recomendable incluir una consulta pública para la participación de expertos. También es necesario que la Administración redacte las licitaciones para la ejecución de los proyectos de tal modo que se asegure que las conclusiones de los estudios se trasladen a la empresa encargada de su desarrollo.