La industria turística está en la búsqueda de lo extraordinario y de la innovación con el fin de ofrecer nuevas experiencias a un turista que desea salir de la rutina. En esta carrera por la diferenciación han aparecido iniciativas que buscan darle una segunda oportunidad a instalaciones carcelarias abandonadas, ya sea para mostrar cómo transcurría la vida del reo entre rejas o para alojar al propio turista.

Unos nuevos usos que también son buenas iniciativas de cara a la sostenibilidad, tan importante para el sector: “Todo lo que sea rehabilitar y dar nuevos usos a infraestructuras que ya existen creo que es una buena noticia” apunta Juan Palop Casado, arquitecto experto en biourbanismo.

¿Qué se debe remodelar para convertir una cárcel en un hotel?

Los edificios no están determinados por su función. Esto, por lo menos, reza la teoría de la arquitectura y así parecen demostrarlo las numerosas cárceles de todo el mundo que están siendo reconvertidas en alojamientos turísticos.

Para proporcionarle una segunda vida a estas cárceles no hay que modificar en exceso su arquitectura primigenia: “Los edificios se definen más allá de su función. Esta organización panóptica de las cárceles tiene mucho que ver con los hoteles. La organización espacial y funcional de una cárcel es muy parecida a la de un hotel. Este tipo de reconversiones nos demuestra que la organización de un edificio aguanta muchas funciones. La discusión podría estar más en lo que no hay que cambiar que en lo que se necesita modificar”, asegura Palop.

El panóptico: el ojo que todo lo ve

La arquitectura y la distribución de estas instalaciones carcelarias cuenta una historia de control y supervisión continua. “La arquitectura del recinto de la Cárcel Modelo de Barcelona es especialmente interesante porque lo que vemos es que está organizada alrededor de una pieza central que es el panóptico. Y desde allí se distribuyen las seis galerías. Se diseña así para poder tener un control total de todas las galerías desde el mismo centro”, explica Rosa Carbonell, responsable de la coordinación de las actividades de la Cárcel Modelo de Barcelona.

Cuando las cárceles son remodeladas para hacer otro uso de ellas, esta misma distribución casa muy bien con la necesidad de estar muy atentos a las necesidades de los clientes.

La cárcel Modelo de Barcelona: explicar 113 años de historia al turista

Aunque el cese de su actividad se produjo en el año 2017 y se mantuvo abierta tan solo cuatro meses para ofrecer visitas guiadas, la Modelo de Barcelona ha vuelto a abrir sus puertas para convertirse en un centro cultural y cívico que acoge multitud de actividades.

Desde su segunda apertura y en el transcurso de un año y medio, esta cárcel ha recibido a más de 115.000 visitantes y ha acogido entre sus paredes más de 300 actos culturales, en los que la memoria histórica y la defensa de los derechos humanos son los ejes temáticos.

A la actividad expositiva itinerante, se suma el carácter museístico de la instalación carcelaria, que dispone de veinte paneles informativos que le cuentan al visitante la historia y la arquitectura del edificio, además de cómo era el día a día de un preso común. Así, el visitante puede recorrer los lugares que transitaba el reo, conocer qué horarios tenía y cómo era su vida hasta hace muy poco.

Un turista que quiere saber

Otro ejemplo de cómo el turista demanda saber de la historia del lugar que visita es el circuito de tours por diferentes centros penitenciarios y calabozos en desuso que se ofrece en la comarca aragonesa de Matarraña. Estas instalaciones, que datan del siglo XVI, estuvieron en uso entre 1600 y 1700. Su carga histórica es mayor si se tiene en cuenta que también fueron utilizadas durante las Guerras Carlistas y en la Guerra Civil Española.

El interés que despiertan estas instalaciones en el turista radica “en el morbo por saber lo que pasaba en esa época”, asegura Cristina Belmeceder, responsable de la Oficina de Turismo de Fresneda, Teruel.

Holanda, un caso llamativo

El gobierno holandés ha comenzado un proceso de remodelación de las cárceles nacionales por falta de presos debido al bajo índice de criminalidad. Éstas se están convirtiendo en centros refugiados y en alojamientos turísticos de diferente naturaleza.

“Tenemos varias edificaciones en mi país que datan de finales del siglo XIX y principios del siglo XX que estaban cerradas y daba pena no utilizarlas para otros usos. Así que se decidió reconvertirlas en alojamientos turísticos de lujo. Incluso, existen casos en los que se han conservado las literas, pero, por supuesto, con colchones de calidad y unas dotaciones excepcionales”, explica Tom Smulders, presidente de la Asociación de Empresarios de Alojamientos Turísticos de Las Palmas.

Este artículo es una síntesis del programa de Bungalow103, Capital Radio. Si quiere escuchar el programa completo puede seguir este enlace.

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