El sector de cruceros es uno de los grandes damnificados por la crisis del Covid. Sin embargo, "muchos de los protocolos que ahora se exigen a los establecimientos turísticos ya se aplicaban, en buena parte, en este tipo de barcos por las compañías", aseveró el director comercial en Autoridad Portuaria de Las Palmas, Juan Francisco Martín, en una entrevista concedida a Tourinews. Medidas como lavarse las manos con jabón frecuentemente, desinfectar los lugares comunes (pasamanos o puertas) continuamente o las normas en el bufet, ya se hacían, solo que ahora "adicionalmente a estos rigurosos y estrictos protocolos de limpieza y desinfección, se está estableciendo un proceso extra, de refuerzo", advierte.
Por ejemplo, una de las medidas establecidas con anterioridad en los buques y que ahora exigen a los hoteles es "dejar un 5% libre de ocupación para tratar este tipo de casos, con sus pruebas, rastreo de contactos y vigilancia, control y aislamiento", apuntó Martín. En la parte novedosa, algunos buques están optando por "llevar a bordo robots para hacer test PCR". Se trata de una prueba que permite "la detección simultánea de 20 tipos de enfermedades respiratorias, entre ellas el coronavirus", especificó.
Pregunta (P): A los cruceros se les llamó cárceles flotantes, pero también son lugares ideales para filtrar y detener la propagación de un virus.
Respuestas (R): Siempre se han seguido controles muy estrictos de seguridad alimentaria e higiénicos a bordo. De hecho, los grifos de agua automáticos, las barandillas desinfectadas, la ventilación, los desinfectantes de manos al entrar y bajar, la gestión de lavandería y residuos, la digitalización de muchos de los elementos presentes en el viaje del pasajero, desde el check-in online y embarque hasta los procedimientos y la adquisición de servicios a bordo, no son medidas nuevas para los cruceros. Incluso llevar un médico a bordo. Es como si cada edificio dispusiera siempre de uno.
R: Por supuesto, especialmente con el tratamiento del agua. Nos encontramos con una política que lleva a depurar toda agua vertida, la filtra hasta el punto de hacerla prácticamente potable antes de ser devuelta al mar y así, a todos los niveles. Esto conduce a un impacto nulo del vertido en el ecosistema. Lo que se ha producido ahora es que las compañías que se están preparando para iniciar la actividad han presentado a las autoridades sus planes actualizados conforme a la situación actual.
P: El crucero Diamond Princess, por ejemplo, atracado en el puerto de Yokohama (Japón) tras verse afectado por un brote de Covid-19, ya ha vuelto a la actividad tras haber sido desinfectado. ¿Está preparado este y otros buques?
R: Hay buques que tienen a bordo robots para hacer test PCR, clave para el diagnóstico del Covid-19, dado que por su fiabilidad son el método que la Organización Mundial de la Salud considera de referencia para detectar los contagios. Se trata de una prueba que permite la detección simultánea de 20 tipos de enfermedades respiratorias, entre ellas el coronavirus. La ocupación de un barco de cruceros siempre deja un 5% libre para tratar este tipo de casos, pues ha de presentar capacidad de realizar pruebas, rastreo de contactos y vigilancia, control y aislamiento.
P: Los cruceros tienen unos procedimientos de desinfección y limpieza atípicos fuera del mar. Por tanto, los casos de infección que hemos visto, ¿han sido por una gestión deficiente?
R: Los protocolos son muy estrictos. En la industria del crucero se han tomado dos casos de referencia, que han sido estudiados por el Centers for Disease Control and Prevention (Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades), una agencia del departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos cuya responsabilidad a nivel nacional radica en el desarrollo y la aplicación de acciones para la prevención y control de enfermedades y salud ambiental. Uno fue la gestión de tripulaciones de un buque en Australia que, digamos, fue el embarque y desembarque de tripulantes de un crucero la causa de una serie de contagios en cadena; y de ahí se determinó un sistema de gestión de tripulaciones. El otro fue el caso de Yokohama del que se estudiaron los procedimientos médicos en caso de desembarco de un crucero. Por tanto, lo que se está haciendo ahora es actualizar normativas.