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Los “domingueros del fuego” entorpecen la extinción de los incendios en Gran Canaria

La presencia de ciudadanos en las zonas afectadas por las llamas o en las áreas de carga de los hidroaviones es un hándicap para luchar contra el fuego

La turística isla de Gran Canaria está viviendo días de ansiedad por culpa de numerosos incendios forestales. El último de ellos (tercero en una semana) se inició el pasado sábado y ya ha arrasado 6.000 hectáreas de los municipios de Agaete, Artenara, Gáldar, Moya, Santa María de Guía, Tejeda y Valleseco, según el Cabildo de Gran Canaria. Asimismo, ha provocado la evacuación de 9.000 vecinos procedentes de 40 núcleos poblacionales. 

700 efectivos en tierra, 4 hidroaviones del 43 Grupo de Fuerzas Aéreas y 12 helicópteros se afanan en extinguir las llamas. Se enfrentan a numerosos enemigos como el viento, las altas temperaturas y la voracidad de las llamas alimentadas por la pinocha acumulada en los montes, pero también a los humanos que tienen “demasiadas ganas de ayudar”, mucha curiosidad o que consideran el avistamiento del incendio como un mero pasatiempo.

Rueda de prensa en la que Ángel Víctor Torres, presidente del Gobierno de Canarias, y Antonio Morales, presidente del Cabildo de Gran Canaria, explican la situación

Las molestias que generan estos “domingueros del fuego” han llevado a los efectivos contra incendios a emitir un comunicado en el que piden que los ciudadanos eviten subir a las zonas en llamas o en las que “sea visible” el incendio, invitándoles a que permanezcan en sus casas siguiendo la evolución a través de los medios de comunicación.

“Tu curiosidad hace que los vehículos de emergencia estemos teniendo problemas para movernos hacia el lugar del incendio”, advierten y explican que los coches mal aparcados al lado de la vía y la presencia de peatones en medio de la carretera dificultan los desplazamientos. “Faciliten nuestro trabajo, ya habrá tiempo de ver nuestros montes quemados. Si de verdad quieres ayudar, quédate en casa”, concluyen.

Incendio en Valleseco | Foto: Protección Civil Valleseco

Problemas también por mar

No es el único problema al que se están enfrentando los servicios de emergencia. Los hidroaviones están cargando litros y litros de agua en la bahía del Puerto de Las Palmas de Gran Canaria, la única masa de agua que cumple las condiciones idóneas para dichas operaciones, sin embargo, esta idoneidad se está viendo perturbada por la presencia de ciudadanos excesivamente curiosos.

Aviones cargando agua en Las Palmas de Gran Canaria

Y es que numerosas personas han decidido tomar sus barcos para poder presenciar en “primera fila” las operaciones de estas aeronaves, ocupando de esta forma el limitado espacio y dificultando a los pilotos su trabajo, ya de por sí complicado.

La curiosidad mató al gato

Esta no es la única situación de riesgo en la que la curiosidad extrema provoca auténticos problemas a los equipos de emergencia. Cabe recordar los atascos y rescates que se produjeron en enero de 2018, cuando muchos usuarios decidieron subir a los puertos de montaña pese a las fuertes nevadas y las condiciones meteorológicas adversas poniendo en un brete a DGT, Guardia Civil y Protección Civil.

Ahora, en el caso de Gran Canaria, la imprudencia de adentrarse en las zonas donde las llamas arrasan todo a su paso es más grave si cabe, ya que no solo ponen en riesgo sus vidas y, consecuentemente, las de los equipos de emergencia que acudan a su rescate, sino que dificultan las labores de extinción haciendo aún más compleja la operativa de carga y descarga de agua.

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