Ya se puede votar por la Capital del Turismo Rural española 2020. El pueblo vencedor recogerá el testigo de Santillana del Mar (Cantabria), que ganó la edición de 2019 con el 19,88% de los votos.
Aquellos que participen en la votación, además, podrán ganar una escapada para dos personas en el pueblo que hayan elegido. Tanto el pueblo como el participante ganador se darán a conocer el próximo 3 de julio.
La plataforma EscapadaRural, que pone en contacto a propietarios de alojamientos rurales con viajeros, se encarga de la organización de este certamen. En esta ocasión, son 10 los destinos rurales postulantes:
1. Artenara (Gran Canaria)
Se trata de un municipio de Gran Canaria, concretamente el menos poblado y más alto de la isla, ya que su núcleo urbano se eleva 1.270 metros sobre el nivel del mar. Cuenta con unas vistas privilegiadas, donde la naturaleza, en general, y los pinares, en particular, son los auténticos protagonistas. El término municipal forma parte de la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria y alberga cuatro yacimientos arqueológicos declarados Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Entre sus atractivos figuran las casas-cuevas, que permiten descubrir qué se siente en las entrañas de las montañas. También, el Balcón de Unamuno, desde donde se puede observar La Cuenca del Nublo, el Roque Bentayga y el Roque Nublo. "Parece todo una tempestad petrificada, pero una tempestad de fuego, de lava, más que de agua", apuntó el escritor y filósofo español sobre las vistas que ofrece el enclave.
2. Aýna (Albacete)
Este municipio está ubicado en plena Sierra del Segura, lugar que responde al sobrenombre 'la Suiza Manchega', debido a su belleza paisajística. La naturaleza es uno de sus grandes reclamos; destacan, por ejemplo, los miradores que cuelgan de las laderas para observar el Cañón del río Mundo, reino de las aves rapaces. También, la Cueva del Niño, que atesora pinturas prehistóricas.
Desde el Mirador del Diablo, que se encuentra a 1,5 km de Aýna, en la carretera CM 3203, en el denominado estrecho del Gargantón, se puede contemplar todo el valle. El lugar, asimismo, es popular porque en él se rodó la película Amanece, que no es poco, dirigida por José Luis Cuerda y estrenada en el año 1989.
3. Cazalla de la Sierra (Sevilla)
A este municipio se le conoce como el país del aguardiente, la dehesa y mucho más. Goza de un entorno privilegiado, como es el Parque Natural de la Sierra Norte, donde las amplias dehesas se alternan con los frondosos bosques. Destaca tanto por su belleza paisajística como por el patrimonio monumental de su casco urbano, donde resaltan las construcciones religiosas.
Cazalla de la Sierra se convirtió en capital del reino español en el siglo V, en 1730, cuando el Rey Felipe se trasladó temporalmente al municipio junto con su Corte Real.
4. Colombres (Asturias)
Este pueblo costero, bañado por el Mar Cantábrico, es popular por el fenómeno de la migración. De él, de hecho, partieron muchos hombres a América a finales del XIX y principios del XX. Aquellos que decidieron regresar del 'nuevo mundo', ya enriquecidos, los llamados indianos, protagonizaron un peculiar fenómeno urbano en el pueblo, apostando por construcciones rupturistas, llamativas y exóticas, conocidas como 'arquitectura indiana'.
El conjunto histórico de Colombres, de hecho, fue declarado Bien de Interés Cultural en 2013, así como Pueblo Ejemplar de Asturias en 2015, debido a que su sociedad civil "ha sabido conservar y enriquecer el legado de los emigrantes asturianos, manteniendo su patrimonio y reivindicando ese pasado que convierte la emigración en un elemento dinamizador de la cultura, la economía y la sociedad".
5. El Rasillo de Cameros (La Rioja)
El municipio está ubicado en una de las zonas más sorprendentes de La Rioja, ya que la Sierra de Cameros era, hasta hace poco, una perfecta desconocida, algo que la ha convertido en una de las áreas más vírgenes de la comunidad. Destaca especialmente su paisaje, con el embalse González la Casa, sus praderas y montes como protagonistas.
Otro de los aspectos reseñables es su gastronomía tradicional y los senderos entre los pinares, hayedos o robledales.
6. Guadalupe (Cáceres)
Esta localidad española goza de un entorno privilegiado: el Geoparque mundial de la UNESCO Villuercas Ibores Jara. Además, alberga las montañas más antiguas de la Península Ibérica, lo que supone un auténtico espectáculo natural para la vista. Entre sus reclamos, destaca su monumental Real Monasterio de Guadalupe, Patrimonio UNESCO de la Humanidad.
7. Leitza (Navarra)
Esta villa se encuentra rodeada de montañas y está atravesada por la Vía Verde del Plazaola. Destacan las huertas, los prados, donde pastan ovejas, vacas e incluso cuervos. También, los ríos, riachuelos o bosques tupidos. Otro de los aspectos que capta la atención de los visitantes es el gris azulado de la piedra autóctona, protagonista del casco antiguo.
8. Potes, Cantabria
Potes es la capital del Liébana (Picos de Europa), se encuentra justo en el centro geográfico del valle de Liébana. Resulta especialmente atractiva para los amantes de la naturaleza, las montañas, los deportes al aire libre, el buen comer, la historia y la cultura. Su flora y fauna, además, difiere de la de las regiones circundantes, debido a que cuenta con un microclima de tipo mediterráneo, al tratarse de una localidad delimitada y abrazada por las montañas.
9. Rascafría (Madrid)
Esta villa se encuentra en la cabecera del Valle de Lozoya, en plena Sierra Norte de Madrid. El Artiñuelo, un arroyo de montaña, que alberga las aguas procedentes de las cumbres de la sierra, a los pies del macizo de Peñalara, atraviesa el enclave. A la Villa de Rascafría se le considera el corazón del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. Además de la naturaleza, se trata de un lugar que rebosa historia, ya que fue fundado en la Edad Media por pobladores segovianos y mantuvo el vínculo con esta provincia de Castilla y León hasta 1833.
10. Santo Domingo de Silos (Burgos)
Entre los atractivos de este término municipal destacan los túneles del Desfiladero de la Yecla, desde donde se puede admirar la Garganta de la Yecla, una montaña caliza de color plomizo que cuando llueve se vuelve más oscura. En uno de sus lados reina un robledal, así como trufas de gran tamaño. Al otro, lo hacen las sabinas y enebros. En medio, se encuentran los acantilados, donde habita una colonia de buitre leonado y otras aves rapaces.