Javier Gándara, presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA) —que agrupa el 85% del tráfico aéreo de España— cree que la suspensión de vuelos cortos con alternativa de tren de Alta Velocidad puede generar una pérdida de conectividad y de competitividad para el sector aéreo y para España en su conjunto.
Durante su participación en el evento “Sostenibilidad, políticas ESG y estado del arte tecnológico” organizado por Ellas Vuelan Alto (EVA) con la colaboración de Airbus, el máximo responsable de ALA ha recalcado que ya se ha producido un trasvase natural del avión al tren, por lo que no se entiende una intervención para reducir o suprimir rutas aéreas.
En este sentido, Gándara ha explicado que la mayoría de los pasajeros de vuelos domésticos son viajeros en conexión con destinos internacionales y la prohibición de estas rutas podría desviar ese tráfico hacia otros ‘hubs’ europeos. Además, señala que las cinco rutas aéreas que podrían verse afectadas (Madrid, Barcelona, Alicante, Sevilla, Málaga y Valencia) representan solo el 0,9% de las emisiones de CO₂ de todos los vuelos en España.
“Prohibir estos vuelos no solo aumentaría las emisiones, sino que también perderíamos competitividad en nuestros ‘hubs’, derivando a los pasajeros a otros como los de París o Frankfurt. La solución no es la prohibición, sino la descarbonización”, ha destacado el máximo representante de ALA.
Una solución mixta
Gándara aboga por la colaboración público-privada y el apoyo a soluciones de vanguardia que contribuyan a alcanzar la descarbonización sin mermar en la competitividad del sector. Pone como ejemplo, la aplicación del Cielo Único Europeo, con el que se ahorrarían hasta 18 millones de toneladas de CO₂ al año en el conjunto de Europa, o la utilización del combustible sostenible para la aviación (SAF), que reducer el 80% de las emisiones de CO₂ en el ciclo de vida del combustible. Para que el SAF pueda ser una realidad, puntualiza el presidente de ALA, es necesario reducir la brecha de precios en comparación con los combustibles convencionales, puesto que hoy es entre 3 y 6 veces más caro.
“La sostenibilidad es el principal desafío actual y futuro de la aviación. Estamos comprometidos en alcanzar emisiones netas cero para 2050 con una hoja de ruta que incluye el uso de combustibles sostenibles y la optimización de la gestión del tráfico aéreo, entre otras medidas. Sin embargo, esa transición no la podemos hacer solos, necesitamos la colaboración de diversos actores más allá de la industria aérea”, ha declarado el presidente de ALA.