Según todas las estimaciones, 2016 tiene visos de ser el año más caluroso de la historia desde que se realizan este tipo de mediciones. Las temperaturas aumentan cada vez más en parte debido al gran número de emisiones de CO2 a la atmósfera.
Las grandes ciudades son las que más se están viendo afectadas por los altos niveles de contaminación al concentrar en ellas un mayor número de población y, por tanto, mayor cantidad de tráfico rodado. De hecho, grandes capitales como París o Nueva Dheli ya han tenido que activar todas las alertas debido a que la concentración de dióxido de carbono podía ser perjudicial para sus habitantes.
A principios de mes, durante la celebración de la "Cumbre de alcaldes C40: Ciudades liderando acciones climáticas" celebrada en Ciudad de México, ciudades como Atenas, París, Madrid y la propia Ciudad de México llegaron a un acuerdo para la reducción de los niveles de contaminación mediante la prohibición de la circulación de los vehículos diesel.
París, que se enfrenta a la mayor crisis de contaminación de los últimos 10 años en la gran ciudad, ha sido la primera en proponer una nueva medida ofreciendo de forma gratuita todo el transporte público y solo permitiendo atravesar la ciudad a coches híbridos, eléctricos, vehículos extranjeros, transporte de emergencias, los que lleven a tres o más personas y los coches con matrículas impares.
En España, la ciudad que acapara la mayor cantidad de problemas es otra de las firmantes de este pacto: Madrid. Para lograr los objetivos marcados en esta reunión el Ayuntamiento de la capital del país ha propuesto diferentes medidas entre las que se encuentran la prohibición de la circulación de los vehículos diesel ya mencionada, el cierre al tráfico del centro de la ciudad y el desarrollo de un plan de calidad del aire y cambio climático. Por otro lado ciudades como Barcelona han planteado estrategias de reducción de contaminación prohibiendo la circulación de los vehículos ecológicamente más agresivos a partir del 2020 y ofreciendo transporte público gratis a aquellos conductores que se deshagan de sus coches contaminante.
Así, seguiría los pasos de otras urbes de Suecia, que ya ha tomado medidas parecidas, y Noruega, que ofrece ayudas para el transporte colectivo para reducir las emisiones de CO2 de los vehículos. Ambas naciones escandinavas destacan por su alta concienciación ecológica y son un ejemplo de turismo sostenible.
Una situación más complicada se vive en Nueva Dheli, la ciudad más contaminada del mundo. Con el desarrollo del país, el número de vehículos se ha disparado y miles de personas siguen utilizando leña, queroseno o desechos del vertedero para mantener el calor en invierno. Por ello, el gobierno ha intentado limitar el número de vehículos en las carreteras durante los meses fríos o ha establecido un límite de entrada de coches según su matrícula. Para ello, ha lanzado aplicaciones destinadas a denunciar a los contaminantes.
Pese a que las administraciones públicas son las que más se están implicando en esta lucha por la preservación del aire limpio, no son las únicas enzarzadas en esta nueva ola de concienciación ecológica. Compañías automovilísticas como la japonesa Toyota están trabajando en alternativas de transporte sostenible. Un claro ejemplo es su nuevo autocar que funciona utilizando hidrógeno como combustible y capaz de generar energía de alta potencia como fuente de emergencia. Amén de la gran cantidad de empresas que están apostando por los coches eléctricos como solución para las grandes ciudades.
Sin duda, todas las señales indican que la hora de actuar ha llegado y las ciudades que sean capaces de adaptarse más rápida e inteligentemente al cambio contarán con una gran carta de triunfo para erigirse como los destinos preferidos de un nuevo turista cada vez más intolerante con la contaminación, cada vez más ecofriendly.