En Italia se ha desatado una guerra sobre el control de las playas, que se rigen desde hace décadas por un modelo semiprivado que exige pago a los bañistas. Mientras que la Unión Europea presiona, bajo amenazas de multas millonarias, al país transalpino para que implemente un nuevo sistema de asignación de la explotación de playas que favorezca la competencia, respete las regulaciones comunitarias y genere más ingresos al país; los actuales explotadores de las mismas han convocado la llamada “huelga de las sombrillas” (sciopero degli ombrelloni) para que se mantenga el statu quo.

Un negocio rentable


Si bien, al igual que en España, toda la costa es propiedad del Estado, un sistema tradicional de concesiones municipales, que han pasado de padres a hijos, lleva a que 3.325 de los 8.000 kilómetros de costa con que cuenta Italia correspondan a playas de uso privado. 

El sistema funciona de la siguiente forma: los Ayuntamientos conceden la explotación de los denominados “establecimientos balnearios” a empresas, incluidos hoteles, que pagan un canon de unos 8.200 euros anuales. Esta inversión tiene rápido retorno, pues cobran por servicios como el acceso a la playa en sí o la utilización de baños, taquillas, hamacas, sombrillas o el consumo de bebidas, entre otros. Se estima que llegan a facturar anualmente una media de 260.000 euros, según datos del Centro Europeo de Políticas (EPC), entidad independiente dedicada al análisis de materias comunitarias.

Spiaggia delle graticciare Foto Tourinews (2)

Spiaggia delle graticciare Foto Tourinews 

Huelga 'in crescendo'


Habida cuenta de las cantidades en juego, no es de extrañar que el Sindicato Italiano de Balnearios (SIB) se haya levantado en armas contra la intención del Gobierno de Italia de aplicar, finalmente, la directiva Bolkestein (2006), tras muchas presiones de Bruselas y jurisprudencia que le obliga a ello.

Los operadores han convocado una jornada de “huelga de sombrillas” para mañana, 9 de agosto. Entre las 7:30 y 9:30 horas mantendrán cerradas sus instalaciones en señal de protesta.  Sería la primera acción de un cierre patronal que, en caso de falta de respuesta del Ejecutivo, se repetirá también el 19 de agosto durante cuatro horas (de 7:30 a 11:30) y el 29 de agosto durante ocho horas (de 7:30 a 15:30).