Ignacio Vasallo es uno de los más destacados profesionales del sector turístico español. Fundador y primer director general de Turespaña, dirigió los primeros planes de marketing del turismo español e implantó el logo de Miró, que le cedió personalmente el artista catalán, como símbolo de España en todas las campañas. Ha dirigido las oficinas de turismo en Estocolmo, Nueva York, Milán, Londres y París, llevando a cabo algunas de las más importantes promociones internacionales de nuestro turismo, así como haber sido el primer director de los miembros afiliados de la Organización Mundial del Turismo.

Vasallo participó en la VIII edición del Foro Internacional de Turismo Maspalomas Costa Canaria, que se celebró los días 10 y 11 de diciembre, en el Palacio de Congresos de ExpoMeloneras (San Bartolomé de Tirajana, Gran Canaria), bajo el lema Resiliencia ante los nuevos desafíos del sector con expertos nacionales e internacionales. En la entrevista concedida a Tourinews, el periodista trazó un recorrido por las distintas crisis que ha sufrido la historia del turismo moderno, desde los años 50 hasta el presente, y señaló que estamos asistiendo a “la caída más dura" en toda su historia.
 

Ignacio Vasallo charla con Ignacio Moll

Ignacio Vasallo charla con Ignacio Moll

Pregunta (P): En su carrera turística, que no ha sido corta, ¿cree que el Covid ha sido el torpedo más destructivo que ha impactado al sector turístico?

Respuesta (R):  Sí. Precisamente estaba mirando la evolución histórica de las llegadas de turistas y, lo que es más importante, de las entradas de divisas, y desde que empieza esto en serio, en los años 60, solamente ha habido crecimiento, lento o rápido, pero crecimiento. Solo ha habido tres etapas de descenso. La primera se corresponde con la primera crisis del petróleo de 1973, que supone un encarecimiento tremendo del transporte. Fue breve, pero bajó la entrada de turistas y de ingresos en España. La segunda fue con la segunda guerra del petróleo de 1979, que también hubo caída en el número de turistas y en los ingresos. Y la tercera en los años 80. Pero nunca jamás en la historia de turismo moderno y de masas se habían producido caídas de este nivel. Pensemos que el descenso de viajeros, no solamente en España y en las Canarias, sino en todo el mundo, es del orden del 80%. Y de ese 20%, solo una parte pequeña son turistas. La otra parte, es gente que tiene negocios absolutamente indispensables. Es decir, esa caída del 80%, y el equivalente en los ingresos del 60% en el número de operaciones aéreas, es la más grande, más dura y más fuerte que ha habido en toda la historia del turismo. Olvidé mencionar otro pequeño periodo de dificultad que a nosotros nos afectó muy poco, que es la crisis como consecuencia del 11 de septiembre de 2002. Esas han sido todas las crisis que ha habido en la historia del turismo y en la historia de nuestro turismo. Ninguna se puede comparar.

P: ¿Dónde ve usted la clave de la recuperación? ¿Es la vacuna? ¿En protocolos?

R: Le tengo mucho miedo a los protocolos porque es muy fácil implantarlos y muy difícil suprimirlos. Si tú preguntas en este momento a un vigilante de aeropuerto por qué no puedo pasar 20 centilitros de whisky en un pequeño botellín que llevo, no te lo sabe explicar, lo único que te dice que no está permitido. ¿Qué pasa? Que con motivo del 11 de septiembre se implantaron una serie de medidas de controles en los aeropuertos, pero cuando la situación de riesgo de terrorismo internacional ha caído, las medidas no se han quitado. Es decir, hay que tener muchísimo cuidado con la implantación de protocolos que luego son muy difíciles de suprimir y que son serios inconvenientes para el desarrollo del turismo. Respecto a la vacuna, es una condición necesaria, pero no suficiente. Necesaria en el sentido de que cuando se vacune el 40%, o incluso menos, de la población europea, sumado a la población que ya ha pasado la enfermedad, estaremos en unos niveles de inmunidad de grupo bastante aceptables. A partir de ese momento ya no es un problema de seguridad sanitaria, sino que es un problema de seguridad mental, de que la gente se sienta con las ganas suficientes de viajar. Y eso va a costar. Inevitablemente, quedan cuatro o cinco años más. La anterior crisis económica del 2008 tardó cuatro años en recuperación, otra que no había mencionado, pero que tampoco fue importante. El mundo de la aviación opera con unos márgenes muy estrechos, por lo que una caída en el factor de la ocupación del 70% basta para hacer que las compañías aéreas no sean rentables. Y hablo de la aviación porque estamos en una isla, si estuviera en San Sebastián estaría hablando del mundo del automóvil. Por eso digo, no hay que incrementar los protocolos, la gente es muy consciente de lo que está pasando. Excepto algunos descerebrados, hay un compromiso de la población en toda España muy serio. Lo que he visto en el hotel en la Isla, no lo he visto en otras partes de Europa.
 

P: ¿Lo dice en positivo?

R: Absolutamente positivo. Las garantías, el control sanitario, la limpieza de las habitaciones, la forma de trabajar del personal, las garantías en los restaurantes y en los bufets... Son de un nivel altísimo y eso se comunica. España, en general, y Canarias en particular, tienen una buena imagen de eficacia turística y, por eso, pensemos que somos el país del mundo con mayor índice de repetición. Eso es un indicador muy claro de la satisfacción turística. Cuando empiece la recuperación, destinos como este serán los primeros en recuperarse.
 

Hotel Riu Gran Canaria

Hotel Riu Gran Canaria

P: Ignacio, ¿qué subsectores dentro del sector turístico cree que lo van a tener más difícil?

R:  Hay dos subsectores que lo van a tener muy difícil. Uno es el de las agencias de viajes. Uno de los efectos de la pandemia es que ha puesto una lupa sobre procesos que estaban ya en marcha y se han acelerado. El primero de ellos es el de la digitalización. Gente que no estaba acostumbrada a trabajar en su casa ya lo hace y, en consecuencia, ahora reservar un billete desde su propia casa es mucho más fácil que hace unos cuantos años. Las agencias de viaje que sobrevivan van a quedar convertidas en entidades más pequeñas y muy especializadas en ofrecer servicios que la gente no pueda obtener por sí misma, no tenga el tiempo para hacerlo o no le importe gastar. El segundo sector que va a sufrir es el denominado Horeca (hostelería, restauración y cafeterías). Sobre todo, porque ahí es donde está la mayor parte del empleo. De esos, teóricos, 2.600.000 empleos que genera el turismo, más de 1.500.000 son en Horeca. Los pequeños negocios familiares que no tienen recursos económicos suficientes para aguantar, por mucho ERTE que haya, no van a poder aguantar. Es decir, hay unas 370.000 empresas en el sector de bares y caferías, de las cuales, inevitablemente, más de un tercio no se van a recuperar.
 

vasallo destacado

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"Las agencias de viaje que sobrevivan van a quedar convertidas en entidades más pequeñas y muy especializadas"

 


P: Hace unos días publicó un artículo que hablaba de los museos. Muchas ciudades dependen del consumo de la cultura y del arte, ¿qué cree que va a suceder?

R: Si cogemos la historia de los últimos 20 años en España, vemos cómo toda ciudad que se precie, desde el famoso Guggenheim, va construyendo su museo, pero no solamente de arte. Y eso ha sido uno de los incentivos más importantes para la redistribución del turismo a lo largo de la geografía nacional. Los museos van a sufrir muchísimo y solamente van a poder sobrevivir con ayudas fundamentalmente locales. Pero las entidades locales y estatales tienen más interés en ayudar a un museo a salir adelante, porque es un activo muy fuerte, que en invertir el dinero en ayudar a pequeñas empresas familiares que no van a poder seguir adelante. Sin embargo, nuestra hostelería tradicional sufrirá mucho menos porque lleva años de buenos resultados económicos y de menor endeudamiento, lo contrario de los bares y cafeterías. Tienen diferentes posibilidades, desde venta de activos, que a muchos no les va a hacer falta, hasta unos balances que les permite endeudarse con seriedad.

P: ¿Y las compañías aéreas?

R: Los estados están acudiendo a levantarlas. Es el caso de Alitalia, que es icónico por la de veces que han acudido al rescate. Pero incluso empresas que nunca habían necesitado ayuda estatal como Lufthansa, el Estado alemán ha acudido en su ayuda. Y, sobre todo, también en países donde hay muy poca tradición de que eso ocurra, como en Estados Unidos: las cuatro grandes empresas americanas han recibido, en total, 50.000 millones de dólares de apoyo. Evidentemente, nadie da el dinero gratis, siempre desde un cierto control estatal. Dicen que una vez que las circunstancias vuelvan a ser más o menos normales, volverán a ponerlo a la venta.

P: Ya no se habla de turismofobia ¿qué ha sido de ella?

R: De lo que, en mi opinión, erróneamente se llamaba turismofobia, hay dos corrientes separadas. Una, la minoritaria, era el odio al turismo porque me afectaba a mi forma de vida. Pero otra gran parte de las quejas no eran contra el turismo. Por supuesto, cómo se va a quejar la gente contra el turismo en las Islas Baleares o en Canarias, eso es imposible. La queja era contra el exceso de turismo y el ejemplo más claro lo tenemos en los cruceros. Todo el mundo estaba encantado con los cruceros cuando había un equilibrio entre el número de pasajeros que desciende de un de un buque y la población local que podía atenderla, pero cuando ese número de pasajeros desborda la capacidad de carga, se produce esa queja contra el exceso, que no es turismofobia.
 

 

Ignacio Vasallo

Ignacio Vasallo

P: ¿Ha sucedido lo mismo con la sostenibilidad y de Greta Thunberg a raiz de la pandemia? Porque hemos regresado a los utensilios de un solo uso, servilletas de papel...

R: Esto es una conjunción de factores muy diversos. Por un lado, no olvidemos que el tema de la sostenibilidad es una demanda mundial muy fuerte, desde el Acuerdo de París, a pesar de lo que haya hecho Trump, hasta los programas de la Unión Europea, el de Von der Leyen... Las reducciones de contaminación de aquí al año 50 serán drásticas. Y los programas de apoyo como el que va a recibir España, que en total entre préstamos y créditos a fondo perdido van 140.000 millones de euros, tienen dos patas: la sostenibilidad y la digitalización. Es decir, esas dos patas se van a quedar. Al igual que en los años 80, el apoyo de la Unión Europea permitió el 40% de toda la inversión en infraestructuras de ferrocarril, AVE, carreteras, 6.000 kilómetros de autopistas y de aeropuertos, que vino de fondos europeos. A pesar de esos fondos, cuando haya proyectos interesantes, el capital privado nacional y extranjero va a acudir a hacerlos. No nos engañemos. El que se haya vuelto al plástico de un uso no va a evitar que el asunto de la sostenibilidad sea central en el próximo futuro.
 

vasallo destacado

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"¿Quién se va a atrever a venir a las Islas Canarias? Pues toda Europa. Esos son los ganadores y los otros, los perdedores"


P: Volviendo a la pandemia, ¿quiénes van a ser los grandes ganadores después de esta crisis?

R:  Como siempre, los que más tienen. Como dice el Antiguo Testamento “al que más tiene se le dará y al que menos tiene se le quitará”. Van a ganar aquellos que profesionalmente están capacitados y pueden levantar los recursos suficientes, van a perder aquellos que iban de prestado. ¿Un Meloneras, un Maspalomas se va a recuperar pronto? Naturalmente, se va recuperar mucho antes que otros muchos sitios, porque aquí saben lo que hay que hacer, saben poner en marcha protocolos, saben ejecutarlos y tienen una clientela muy fiel. Tardarán más en recuperarse aquellos que estaban iniciándose. ¿Quién quiere ir ahora a Angkor Wat? Es maravilloso y tiene unos hoteles que están muy bien, pero quién se va a atrever en los próximos dos, tres o cinco años. ¿Quién se va a atrever a venir a las Islas Canarias? Pues toda Europa. Esos son los ganadores y los otros, los perdedores.