El Birdwatching es, cada vez más, una recurrente experiencia entre los amantes de los animales y de los paisajes, que convierten en todo un arte la observación de las majestuosas aves que sobrevuelan y habitan algunos de los mejores enclaves del mundo. El turismo ornitológico está, sin duda, al alza, y las Islas Baleares constituyen uno de los mejores lugares para practicar este nuevo fenómeno que se convierte en todo un espectáculo de la naturaleza.
La situación geográfica del archipiélago balear, su agradable clima durante la mayor parte del año y la mezcla de paisajes de mar y montaña son la combinación perfecta para que las aves establezcan sus hogares y pasen largas temporadas en las islas antes de partir hacia otros destinos.
En total, pueden apreciarse más de 300 especies en Mallorca, Ibiza, Menorca y Formentera. De hecho, algunas de ellas ya forman parte del patrimonio de las zonas donde habitan, como es el caso del halcón peregrino, el buitre negro, el pinzón real, la cigüeña o la pardela balear. Cada una de las islas cuenta con emplazamientos especiales donde poder observar algunas de estas aves, que en algunos casos sólo pueden ser vistas en las Islas Baleares, como las dos consideradas endémicas: la Pardela Balear (Puffinus mauritanicus) y la Curruca Balear (Sylvia baleárica) que se pueden encontrar a lo largo de todo el archipiélago balear.
Mallorca:
Parque Natural de S’Albufera de Mallorca: Situado en la bahía de Alcúdia, este parque natural tiene la zona húmeda más extensa de todo el archipiélago con 1.650 hectáreas lo que le convierte en uno de los lugares más propicios para la vivencia de muchas aves. Además, está declarada Zona de Especial Protección para las Aves, y forma parte de la Red Natura 2000.
A lo largo de los diferentes itinerarios que se pueden realizar en La Albufera, se pueden apreciar una gran cantidad de aves, más de 200 en total. Algunas de ellas nidifican y pasan largas temporadas en este parque natural como la focha, el ánade real, el avetorillo, la cigüeñuela o el carricerín. Otras se acercan a este enclave para descansar y seguir su camino, como los flamencos o las limícolas. Los patos y las garzas, en su caso, suelen pasar los inviernos en los estanques del parque.
Serra de Tramuntana: Ocupando todo el noroeste de la isla, esta sierra es la más extensa de todas las baleares y desde 2011, forma parte del Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Por tanto, es uno de los enclaves más emblemáticos y especiales del archipiélago. Existen varias zonas de avistamiento de aves dentro de la Serra, donde se pueden observar cientos de aves sobrevolar los picos de las montañas o descansar en su extensa vegetación. Sin embargo, dos especies destacan por encima del resto, el águila pescadora y el buitre negro.
El primero, como su nombre indica, es un ave pescadora que se alimenta de peces pequeños que atrapa con sus largas patas y dedos cortos. En Baleares está de paso, pues tan sólo suele pasar los inviernos en la isla, antes de partir. El segundo, comúnmente conocido como “Voltor Negre”, es una especie en peligro de extinción que se puede divisar sobrevolando con sus grandes alas las zonas más altas de Tramuntana. Ya se ha convertido en el gran símbolo de la sierra, por su imponente tamaño y su característico color negro.
Menorca:
Parque Natural S’Albufera des Grau: Sus más de 5.000 hectáreas, que van desde Mahón hasta Es Mercadal, lo convierten en el parque natural más grande de la isla menorquina y en uno de los más espectaculares de todo el archipiélago balear. Su variedad de paisajes, bosques de acebuches, humedales y playas dunares lo alzan como un lugar de acogida para un gran número de aves, tanto acuáticas como rapaces, que se pueden admirar en los distintos puntos de observación en cualquiera de las tres rutas existentes para recorrer el parque.
Dependiendo de la estación, se pueden observar distintas aves. En verano, el martinete, la cigüeña, la tórtola, la garza, el pato colorado, el halcón común o el buitrón. En invierno, el pato cuchara, la gaviota reidora, el ánsar, el zampullín cuellinegro, el ánade silbón y el aguilucho lagunero, entre otros. Entre primavera y otoño, la garcilla cangrejera, la garza imperial, el aguilucho cenizo, los correlimos o la golondrina común. Y, durante todo el año pueden avistarse el milano real, el águila pescadora, la garcilla bueyera, el somormujo lavanco y la curruca cabecinegra.
Ibiza y Formentera:
Parque Natural de Ses Salines: Ocupando parte del territorio entre las dos islas pitiusas, incluso el estrecho que separa las mismas, es uno de los parques naturales más extensos del territorio español con 16.000 hectáreas. En su interior se pueden encontrar más de 200 especies de aves, entre las que destacan los flamencos, que se han convertido en el principal estandarte del parque para todos los que lo visitan. La llegada del flamenco se produce entre agosto y octubre. Posteriormente, hasta bien entrado el invierno, en febrero, no partirá hacia Málaga o Francia, aunque algunos incluso llegan a pasar el periodo invernal también en Las Salinas..
Además del flamenco, otras aves acuáticas como la cigüeñuela, el tarro blanco, el chortilejo patinegro o la gaviota son bastante comunes en esta zona. Además, en el Estany Pudent, se produce una de las mayores concentraciones de zampullines cuellinegros de toda Europa, convirtiéndolo en todo un espectáculo para los birdwatchers.