La época de récords turísticos y altas ocupaciones hoteleras para las Islas Canarias está terminando. El número de alemanes que ha llegado a las islas durante 2019 es inferior al del año anterior, mientras que el número de británicos se mantiene con fluctuaciones. Sin embargo, de todos sus mercados emisores el que genera más preocupación por su caída es el escandinavo (que engloba a suecos, noruegos, finlandeses y daneses). Pese a que las causas del descenso de visitantes nórdicos son variadas, desde la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro (Ashotel) tienen claro que la mejor vía para reconquistarles es apostar por la sostenibilidad en destino y en establecimientos alojativos.
En la octava edición del Encuentro Anual con los medios de comunicación celebrado ayer 19 de junio en el hotel Silken Atlántida de Santa Cruz de Tenerife, Jorge Marichal, presidente de Ashotel, insistió en que los “desde hace un par de años ya se notaba que en los mercados nórdicos no había hambre [de reservas], que había cierta debilidad en invierno”. Los principales touroperadores de este mercado insistían en que los tres principales motivos para que se produjese un descenso de las reservas eran la debilidad de la Corona, la buena climatología durante los meses de verano en sus países de origen y el movimiento flygskam (la vergüenza de volar).
Los dos primeros son circunstanciales según Marichal, ya que confía en que las economías nórdicas son fuertes y en que la meteorología terminará beneficiando a Canarias. Sin embargo, incide en que “la vergüenza a volar existe y tiene más fuerza” y que “como destino turístico maduro”, Canarias y la provincia de Santa Cruz de Tenerife (compuesta por las islas de La Gomera, El Hierro, La Palma y Tenerife) deben considerar clave la sostenibilidad: “Tenemos que adelantarnos a la jugada”.
La respuesta: sostenibilidad
Marichal cree que hacer sostenibles tanto destino como establecimientos hoteleros es una estrategia de posicionamiento turístico clave. “Ser el primer destino que pueda certificar que sus hoteles solo consumen energía limpia tendría mucha más penetración que cualquier campaña de marketing”.
Detalla que se tiene que mejorar en 5 aspectos: depuración de agua, tratamiento de residuos, movilidad, consumo productos de kilómetro 0 y compensación de la huella de carbono. Confía en que se camina por la senda correcta, porque los touroperadores les han preparado durante años potenciando prácticas sostenibles mediante premios y sellos, pero también reconoce que hay algunos aspectos en los que Tenerife tiene problemas, como la depuración de las aguas: “Cuando los aliviaderos han vertido al mar, se han podido ver imágenes nada buenas para un destino turístico moderno”.
“Quitar la vergüenza a volar”
“Canarias es conocida por sus playas, sus paisajes y por sus gentes, pero los turistas piden más: energía verde producida en destino. Es posible y se puede hacer, hay recursos”, sostiene Marichal. Una de las formas propuestas para atraer a este nuevo turista preocupado por el medioambiente es el proyecto de planta fotovoltaica que está intentando impulsar Ashotel.
La idea es que se abastezca de energías limpias al mayor número posible de hoteles, reduciendo el consumo de fósiles. El proyecto está en fase de búsqueda de localización con la capacidad de acogida adecuada para una instalación con potencia de 50 megavatios para cubrir parte de las necesidades de los establecimientos hoteleros.
Además, recalca que este modelo debe irse replicando, incluso con otras fuentes renovables, hasta cubrir todas las necesidades energéticas del conjunto de la planta alojativa. "Entendemos que es un proyecto escalable al que se han sumado muchos hoteleros y en el que las líneas aéreas están muy interesadas. Sería una ventaja competitiva para las islas”, expone.
Jorge Marichal cree que ante el fenómeno Greta y el flysgkam tienen “que ser pioneros, ser valientes y dar un paso adelante, mediante la certificación de nuestros hoteles para compensar al máximo esa huella de carbono que generan los aviones que nos traen clientes”. Asimismo, aclara que no basta con trabajar en todos estos aspectos, sino que hay saber comunicarlos. “No sólo tenemos que ser sostenibles sino que tenemos que hacer que los turistas sepan que su huella de carbono está compensada. Quitar la vergüenza a volar”.
Eso sí, rechaza de lleno la implantación de una tasa turística o ‘ecotasa’: “¿Qué tiene que ver la tasa turística con la sostenibilidad?”.