Este martes 25 de julio fallecía en Lanzarote a los 56 años tras una batalla contra el cáncer, Agustín García Rodríguez o, como todos lo conocían, Tino 'El del Sardinero’, empresario restaurador muy conocido en la isla y vinculado al núcleo turístico de Puerto del Carmen. Tino fue un emprendedor en el sector de la restauración, ya que era propietario de varios restaurantes situados en la zona de La Tiñosa.
Agustín García era conocido cariñosamente como Tino ‘El del Sardinero’ por el restaurante que abrió en Puerto del Carmen en la década de 1980. Denominado El Sardinero, era “el mejor restaurante de pescado fresco de toda la isla”, según destaca su buen amigo Hans Müller, profesional turístico alemán recientemente nombrado director ejecutivo del área Comercial de Grupo Loro Parque.
El afán emprendedor llevó a Tino García a regentar cerca de una docena de establecimientos, la mayoría en La Tiñosa, entre los que se encontraban Los Marineros, Restaurante Cofradía La Tiñosa, Endika, El Ancla o Casa Tino, este último en la vecina localidad de Playa Quemada
Müller recuerda que conoció a Tino en 1994, cuando llegó a Lanzarote como delegado del touroperador germano Neckermann Reisen, y lo destaca como un representante clave del sector gastronómico lanzaroteño. “Tino es la persona que más ha hecho por la gastronomía auténtica de Lanzarote, siempre ofreciendo el mejor servicio, la mejor calidad y la mejor relación calidad-precio”.
Durante varias décadas, Tino ha conservado la buena gastronomía a un precio asequible y con un servicio de corazón”
Anfitrión y cara visible
“Durante varias décadas, Tino ha conservado la buena gastronomía a un precio asequible y con un servicio de corazón. Gracias a esto ha sido el mejor anfitrión y embajador que Lanzarote podría desear, mostrando la gastronomía y hospitalidad canaria”, destaca con cariño Müller, añadiendo que su figura “sigue viviendo actualmente en la labor de sus hermanos [también restauradores], gracias a lo que han aprendido de él”.
Agustín García Rodríguez no solo era una persona conocida y querida en el ámbito de Lanzarote, sino también en Gran Canaria y fuera de las fronteras españolas gracias a la relación que mantenía con muchos clientes extranjeros. “Mantenía muchos contactos fuera del país, de clientes que conocía. No era el típico dueño de restaurante que se escondía en una oficina, sino que estaba siempre en el propio restaurante en contacto con los clientes”, recuerda el profesional alemán.