Los grandes eventos deportivos han dejado de estar únicamente cerrados al ámbito competitivo. Se han convertido en una nueva forma de promocionar un destino. Los países pugnan por ser sede de unos Juegos Olímpicos o los Mundiales de la FIFA para atraer las miradas del resto del mundo y, así, tener una oportunidad de oro para mostrar sus encantos a miles de millones de potenciales clientes.
Unas competiciones que concentran todas las miradas de los aficionados al deporte son las grandes rondas ciclistas: el Tour de Francia, el Giro de Italia y la Vuelta Ciclista a España. Se trata de carreras por etapas en las que los espectadores “acompañan” a los ciclistas profesionales mientras recorren algunos de los enclaves más relevantes de los tres países europeos. Imágenes de lagos, costas, puertos de montaña, pueblos pintorescos y grandes urbes invaden las pantallas de Europa, Sudamérica, Asia y, en menor medida, de Norteamérica.
Y es que sus características las convierten en un espectáculo muy atractivo: son al aire libre, se recorren muchas poblaciones de cada país y la acción se suele concentrar sólo en puntos concretos del recorrido dando oportunidad a cámaras y comentaristas a mostrar y comentar imágenes de los diferentes monumentos o emplazamientos de interés turístico que atraviesa el pelotón.
La historia de las grandes carreras ciclistas por etapas comenzó el 1 de julio de 1903 con el arranque del Tour de Francia; seis años después, en Italia se organiza la primera edición del Giro; y en 1935 se celebró la primera edición de la Vuelta a España. Lo que comenzó como pequeñas lides entre grupos de 30 ciclistas, se ha convertido en campeonatos profesionalizados al máximo y en un gran aparato de promoción turística.
Las grandes vueltas y el turismo
La capacidad de marketing para el turismo de estos eventos tiene dos vertientes. Por una parte, muchos aficionados al ciclismo dedican sus vacaciones a seguir las etapas, llegando a mover a tanta masa que, por ejemplo, la Vuelta a España cuenta con sus propios touroperadores oficiales: Bike Spain Tours, Cycling Country Bike Tours, Custom Getaways, Mummu Cycling y Sports Tours International. Unas compañías de viajes que ofrecen experiencias totalmente especializadas, permitiendo que sus clientes emulen a Contador, Froome, Quintana y compañía. Los paquetes que ofrecen, además de los desplazamientos, incluyen acceso a recintos privados en meta, la posibilidad de realizar las mismas etapas horas antes de que lo haga la ‘serpiente multicolor’ o cruzar la línea de meta y saludar desde el podio.
En este grupo también se puede incluir a los periodistas que cubren la información, personal de la organización, los patrocinadores, las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, los invitados, los equipos ciclistas y los familiares de los profesionales que se trasladan con ellos. En total, La Vuelta mueve un colectivo de 3.000 personas que deja un retorno económico directo de 350.000 euros en cada ciudad que pernoctan. De hecho, la organización gasta en hoteles entre 3 y 3,5 millones de euros por edición.
Por otra parte, cabe resaltar la importancia de la difusión que tienen estos acontecimientos deportivos. En España, la Vuelta de 2016 durante sus tres semanas de duración tuvo una audiencia total de 19 millones de espectadores y un 42,8% de cuota de pantalla. Estos datos ganan más fuerza si se tiene en cuenta que la ronda española fue emitida en más de 190 países.
Es algo de lo que desde la organización de La Vuelta son conscientes: "No dejamos de ser una guía turística que durante 21 etapas va recorriendo España", sostiene Javier Guillén, director general de Unipublic (empresa que gestiona los derechos de la competición), que en 2014 fue reconocido por la Medalla al Mérito Turístico en el área de promoción. Guillén defiende el papel de la carrera para fomentar la imagen exterior del país: "Somos conscientes de que somos un muy importante activo para la ‘Marca España’ y por eso de la mano de Televisión Española trabajamos mucho los recursos que vamos a enseñar porque, mcomo plataforma de comunicación, creo que somos un elemento que contribuye mucho a la posibilidad del turismo en España".
Para ello, tienen un esquema claro: buscan los puntos estratégicos que quieren enseñar durante el recorrido, lo llevan a un guión y durante la retransmisión televisiva combinan "el hecho deportivo que proporcionan los ciclistas" con el entretenimiento mostrando los enclaves por los que se pasa y su historia. Tal y como resume Guillén, lo importante para los responsables "es crear el interés y la atracción suficiente para que aquellos que están viendo La Vuelta a través de la tele se apunten estos lugares para pasar las vacaciones".
Una fórmula que funciona, ya que "después de que La Vuelta estuviese en Ézaro (Galicia) la oficina de turismo pasó de recibir 2.000 visitas a 40.000", tal y como revela el máximo responsable de la organización.
Y en la época de lo social no es sólo una cuestión de televisiones. Cada tarde, el ciclismo cubre las primeras posiciones entre los ‘trending topics’ o temas más comentados de Twitter y muchos equipos ciclistas muestran una alta actividad, descubriendo a sus fans de todos los rincones del mundo los encantos de los países que recorren a lomos de su bicicleta. Un ejemplo de ello es el vídeo que el equipo australiano Orica-GreenEdge (el actual ORICA-SCOTT GreenEDGE Cycling) realizó en las calles de Girona (Cataluña) con motivo de la Vuelta 2014.
La pugna por ser el punto de inicio
“Conforme va creciendo la audiencia y vamos entrando en más mercados, la Vuelta supone una palanca de promoción para España cada vez más potente”, confesaba en 2016 para El País Carlos Cobos, director comercial de Unipublic. Y este potencial de promoción ha hecho que aumente la pugna tanto por ser el punto de inicio como de finalización de las etapas.
Ser meta supone ser mencionado en numerosas ocasiones, aparecer en los mapas de ruta y, definitivamente, lograr mayor repercusión. Una importancia que aumenta si se es el lugar donde tiene comienzo o fin la competición. Destinos vacacionales con arraigo como Benidorm, Granada o la Costa del Sol han sido recientemente meta de salida, un puesto históricamente muy repartido por la geografía española. Durante los últimos años, también se ha trasladado el arranque de la Vuelta a destinos internacionales como Lisboa (Portugal), en 1997; Assen (Holanda), en 2009; y Nimes (Francia), en 2017.
El podio final está aún más cotizado. De las 71 ediciones celebradas sólo Madrid (en 47 ocasiones), Bilbao (13), San Sebastián (6), Santiago de Compostela (2), Jerez de la Frontera, Salamanca y Miranda del Ebro lo han logrado. En los últimos 30 años el reparto ha sido aún más limitado figurando sólo Madrid (28) y Santiago de Compostela (2).
El ciclismo en Baleares y Canarias
No obstante, ser lugar de paso de la ronda ciclista es algo habitual para la mayoría de regiones españolas excepto para los dos archipiélagos (Baleares y Canarias) y las dos ciudades autónomas (Ceuta y Melilla). Las limitaciones geográficas de estas comunidades hacían complicado trasladarse a ellas en mitad de la competición, sin embargo, su relación con el ciclismo es extensa.
- Baleares
- 97 clubes (15ª)
- 1.956 licencias federadas (15ª)
La escarpada orografía y el clima mediterráneo han convertido a las Islas Baleares en un punto de referencia para los fanáticos de las dos ruedas. Si los grandes puertos de montaña (como Sierra Nevada o los Pirineos) son los escogidos para las concentraciones en altura, el archipiélago es el favorito de los cicloturistas, especialmente, de los británicos. De hecho, Bradley Wiggins medallista olímpico, ganador del Tour 2012 y Tricampeón del Mundo se ha convertido en uno de los principales embajadores del destino en Reino Unido.
En su historia sólo han acogido dos etapas de la Vuelta, correspondientes a la edición de 1986, de la que fue punto de partida. La primera de ellas fue una contrarreloj de 5,7 km con inicio y fin en Palma de Mallorca, la segunda también compartió mismo origen y destino acumulando un total de 190 kilómetros.
- Canarias
- 126 clubes (12ª)
- 2.127 licencias federadas (14ª)
Hablar de Canarias es hablar de grandes puertos de montaña. No en vano el mayor pico de toda España se encuentra en Tenerife (el Teide con 3.718) y cuentan con una de las subidas más duras de todo el continente europeo atribuida a la vertiente este del Pico de las Nieves, en Gran Canaria.
A todo ello, cabe sumar las temperaturas agradables que registra durante todo el año y que son óptimas para actividades al aire libre. Se trata de unas cualidades que han sido reconocidas por profesionales de élite como Alberto Contador y su entonces equipo Saxo – Tinkoff.
Unos valores que son conocidos por Javier Guillén: "Canarias, por lo que estamos viendo, es el lugar que eligen los equipos profesionales para hacer sus concentraciones porque allí pueden entrenar en altura, porque tienen una climatología estupenda durante todo el año, porque tienen muchas actividades diversas que hacer y, sobre todo algo que hay que poner en valor, en Canarias y España tenemos una extraordinaria calidad hotelera y esto es lo que más valoran los ciclistas profesionales de todas las carreras del calendario".
El archipiélago canario ha acogido tres etapas de la máxima competición ciclista española, al ejercer como meta de salida en 1988: Un prólogo de 17,4 km en Santa Cruz de Tenerife, una en línea entre San Cristóbal de la Laguna y S. C. de Tenerife y una contrarreloj por equipos desde Telde hacia Las Palmas de Gran Canaria.
¿Es posible un retorno de la Vuelta a los archipiélagos?
Ya han pasado cerca de 30 años desde que ambos archipiélagos recibieron la visita del pelotón y habiéndose mejorado ostensiblemente las opciones de traslado hasta las islas, muchos se preguntan por qué aún no ha tenido lugar un regreso. En el caso de Baleares se desconoce si existen negociaciones, pero entre los que siguen con más fervor el deporte de las ruedas se lleva rumoreando desde 2012 un más que posible retorno a las Islas Canarias.
En conversaciones con Tourinews, Javier Guillén confesó su intención de que la ronda retorne al archipiélago canario: "Ojalá que algún año tengamos la oportunidad de llevar la Vuelta a Canarias". Una idea en la que también insiste Felipe Del Rosario Betancor, especialista en ciclismo, que asevera que este regreso no se puede producir "de cualquier forma", sino que Canarias debe ser "el lugar donde se decida el vencedor de la ronda”.
Del Rosario manifiesta que “la ilusión de traer la Vuelta es grande” y no es sólo una cuestión de los organizadores ya que "los corredores también muestran su entusiasmo por acudir a Canarias”. Recuerda que “ya estuvo en 1988 y el impacto que causó fue enorme, sirviendo para que los familiares de los corredores extranjeros que venían con los equipos descubrieran Canarias para disfrutar sus vacaciones y practicar ciclismo en la época invernal”.
Se especula con que la cita, que sólo podrá llegar de 2020 en adelante ya que se van cerrando los contratos a dos años vista, contaría con cuatro etapas, dos en cada provincia (Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife), con la particularidad de que serían las últimas de las que saldría el vencedor de la prueba. Así, se prevé que ambas provincias vayan a luchar por acoger el final “porque es el nombre que se queda”. Felipe Del Rosario cree que Las Palmas pujará fuerte porque “quiere que se finalice en Gran Canaria porque la anterior Vuelta que se celebró salió desde Tenerife”.
Más allá del “impacto turístico y económico, que sería beneficioso para ambas partes”, la atención de los aficionados a este deporte se debe centrar en los dos puertos de montaña importantes anteriormente citados. Para los que quieran abrir boca, el portal Plataforma Recorridos Turísticos preparó su propia muestra de lo que podría ser el paso del pelotón por las islas.
Eso sí, trasladar toda la parafernalia que envuelve a los equipos ciclistas es muy costoso: “La infraestructura es muy costosa, hay que mover tres aviones fletados para traer a las más de 3.000 personas que componen la competición. Por barco, por cada equipo vienen dos vehículos y los tráiler, lo que supone una suma de más de dos docenas de coches y 12 autobuses. También las unidades móviles de televisión. Se puede hacer, pero hay que pagarlo”, advierte Del Rosario.
Así, serán importantes las negociaciones entre la organización de la prueba y los que deben poner el dinero, es decir, los gobiernos de cada comunidad y también las provincias (en este caso los Cabildos que son los máximos representantes de cada una de las islas que componen Canarias), además de los Ayuntamientos.
Por público no será, tal y como indica Del Rosario, cada invierno, más de 3.000 ciclistas se desplazan al sur de Gran Canaria para mantener su entrenamiento y entre los que apuestan por esta región como destino turístico mundial ciclista se encuentran los míticos Eddie Merckx y Miguel Induráin. De hecho, el cicloturismo es uno de los segmentos de mercado que más está creciendo, ya que al cicloturista le gusta la bicicleta, pero también descubrir territorios nuevos para poder practicar su deporte contando con las comodidades que suponen unas vacaciones.
Lo que está claro es que no es descabellado ya que hace tiempo la prueba dejó de estar circunscrita a la Península Ibérica y las opciones de transporte hacen posible que se produzca un desplazamiento sin complicaciones. Además, ambos destinos buscan nuevos perfiles de turistas con los que romper su estacionalidad, pudiendo encontrar entre los apasionados de la bicicleta un nicho de mercado muy beneficioso.