El Gobierno de Canarias tramitó este lunes un nuevo anteproyecto de Ley de Protección y Tenencia de Animales de Compañía, que incluye la prohibición de las peleas de gallos y los espectáculos circenses con animales. Con esta medida, se sustituiría la Ley de Protección Animal de 1991, aún vigente, y a raíz de la cual se vetaron los espectáculos sangrientos en los que participaban especies como los toros. Sólo las peleas de gallos se quedaron al margen en ese momento, con el argumento de que se trataba de una actividad tradicional en las Islas.
Las reacciones de las asociaciones para la cría y promoción de las peleas de gallos no se han hecho esperar. En este sentido, han amenazado con movilizaciones, si el futuro decreto prohíbe esta práctica en Canarias. También han avisado al Gobierno de que si el anteproyecto legislativo se aprueba tal y como está redactado fomentará los eventos clandestinos. José Luis Martín, presidente de la Federación Gallística ha advertido de que “no se quedarán quietos” y ha recalcado que “son opitimistas con las vías de diálogo que se abran a partir de ahora”.
El periodista Daniel Millet describía en una de sus crónicas en La Opinión de Tenerife el dantesco espectáculo: "Cada gallo lleva en las patas al menos una espuela bien afilada, es decir, una especie de uña supletoria que se erige en la principal arma de combate" y narra "En uno de los brincos, uno de los gallos cae malherido, con todo el cuello ensangrentado y heridas en el pecho. Entonces, entra en convulsiones y se golpea contra el suelo, mientras la cabeza cuelga visiblemente. La celebración de los asistentes indica que aquello ha acabado. El cuidador del animal derrotado sale rápidamente, lo agarra por el cuello, lo desnuca con cierta discreción y se lo lleva para fuera ya cadáver recubierto por una toalla. De ahí irá seguramente al caldero."
Cada vez se suman más detractores a este tipo de espectáculos en todo el mundo. Recientemente, la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Yucatán (México), se pronunció en contra de la determinación del Ayuntamiento de Tekax de declararar Patrimonio Cultural Intangible las peleas de gallos, al considerar que “normaliza la violencia, propicia el consumo de alcohol, la ludopatía y pone en riesgo el patrimonio de las familias”. De igual manera ha abogado por prohibir que niños y adolescentes participen en este tipo de eventos en los que “se promueve la violencia y la vejación de animales”.
Hace tan sólo un par de días, en la comunidad de Navarra (España), agentes de la Policía Foral, adscritos al Grupo de Investigación de la Brigada de Protección Medioambiental, imputaron un delito de maltrato animal a dos jóvenes implicados, presuntamente, en la organización de peleas de gallos. Siete animales, en el paraje de Gardachales, presentaban mutilaciones en crestas, babillas y orejas. Inmediatamente fueron decomisados y enviados a un centro de recuperación.
La nueva ley que pretende aprobar el Gobierno de Canarias no se limita sólo al mundo gallístico, sino que incluye los circos que emplean animales, al entender que la imagen que proyecta, principalmente, hacia los niños “dista mucho de lo que hoy se entiende por el respeto y la protección a los animales”. La legislación también establece un cupo máximo de tenencia de mascotas, necesario para poner límites a favor de su propio bienestar y el de los vecinos, entre otras consideraciones que, sin lugar a dudas, pondrán límites y, desde luego, sanciones a todos aquellos que cosifican a los animales y los maltratan sin tener en cuenta su sufrimiento.
Dijo Mahatma Gandhi que “la grandeza de una nación y su progreso moral pueden ser juzgados por la manera en que se trata a sus animales”. Por tanto, el maltrato no dignifica a la especie humana y debe ser punible. Ellos también tienen derecho a ser respetados y cuidados.