Destinos

Luces, cámara y ¡disfraz! España se viste de carnaval

Los disfraces ya están listos y el jolgorio está servido: los carnavales más divertidos y turísticos de España están a punto de empezar. ¿Aún no sabes a cuál te apetece ir?

El recuerdo de los turrones se ha disipado, el árbol descansa en el armario y el jersey anual de los Reyes Magos ya no es una novedad. ?¿Y ahora qué?, se preguntan los nostálgicos de la cena de Nochebuena, esos que todavía son los mejores amigos de la báscula. No me malinterprete el lector: la rutina es tan necesaria como gratificante, pero de vez en en cuando -¡faltaría más!- a todos nos gusta darle una alegría al cuerpo y descansar la mente del trabajo bien hecho. Las recompensas nos gustan a todos.

¿Y ahora qué?, decía. Ahora, es tiempo de carnaval. Para centenares de turistas de cada rincón del globo, las fiestas de la transfiguración son la excusa perfecta para salir de casa, ver mundo y disfrutar de un buen hotel. Así, los viajeros "honoris causa" en esto de la parranda se desmelenan en Río, bailan al son del jazz en Nueva Orleans o sucumben a la elegancia de Venecia. El mundo es muy grande y las opciones no son pocas. La segunda pregunta, por tanto, llega inevitable: "¿a qué carnaval me apetece ir?"

Pero aunque los destinos mencionados son algunos de los más conocidos y codiciados de febrero, España tiene razones de sobra para postularse como un digno candidato. El atractivo del carnaval español, para nosotros 'casero', atrae a visitantes de las cuatro esquinas del planeta gracias a las peculiaridades que le aporta cada región. Y como a buen entendedor pocas palabras bastan, en este artículo se expone una breve selección de algunos de los carnavales más representativos de España.

CÁDIZ, LA JUERGA SUREÑA Y EL CLAMOR POPULAR

El viento arrastra serpentinas sobre las fronteras de la costa atlántica y una alegre música parece hacer temblar los edificios. Estamos en Cádiz, hacedora de chistes y autoridad en materia carnavalesca. ¿Qué sería sin su presencia, pues, el mosaico cultural español en estas fechas? Los antifaces, la purpurina y los ?tipos? o disfraces se ponen al servicio de las chirigotas, las agrupaciones musicales que conquistan a los oriundos de la región y a los visitantes foráneos gracias a unas coplas ?con mucha guasa?. La gracia y el salero de las fiestas del sur consiguen que la ciudad gaditana esté, cada febrero, en boca de los medios de comunicación tanto nacionales como internacionales.

Chirigota en Cádiz

Se cuentan historias de personas que pusieron un pie en los carnavales de Cádiz y nunca se rieron. Se cuentan porque, naturalmente, son leyendas; las fiestas de la urbe andaluza son tan animadas y graciosas que es mucho más probable acabar con un ataque de risa que asistir aburrido al desfile de personas ataviadas con mallas rojas o armaduras medievales. El flujo de genoveses en la ciudad durante la Edad Media trajo consigo el carnaval italiano, uno de los padres de la criatura; pero la moral cristiana fue la chispa que encendió la mecha sacrosanta del "pecado" en los festejos. Porque pecar de vez en cuando nos encanta a todos, aunque sonriamos con timidez al hacerlo.

CANARIAS, DE LAS "MASCARITAS" AL TOCADO DE PLUMAS

Las islas de Gran Canaria y Tenerife, ya de por sí destinos turísticos de éxito, merecen una sola categoría dado el ambiente cosmopolita y colorido que lucen ambas durante las fiestas. Los ritmos latinos y las concurridas carrozas se fusionan con los elaborados trajes de la Gala de la Reina del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife, mientras que en la isla vecina triunfan las singulares "reinonas" de las Galas Drag Queen de Las Palmas de Gran Canaria y Maspalomas. La filosofía del respeto a la diversidad sexual y de género, uno de los puntos fuertes de la sociedad española, ha alcanzado en el archipiélago un nivel de integración absoluto, y eso es algo que se palpa con facilidad durante sus fiestas más populares.

Carrozas de Carnaval en Canarias

Si echamos la vista atrás, descubrimos en el pasado de los carnavales de Canarias el fascinante legado histórico de las "Fiestas de Invierno", celebradas en la clandestinidad durante la prohibición de la dictadura de Primo de Rivera, en plenos años veinte, y de la de Franco un decenio después. La particular "Ley Seca" de los carnavales decretada por el Gobierno fue incapaz de neutralizar el espíritu festivo que hoy por hoy, y casi un siglo después, ha convertido a los carnavales de las Islas Afortunadas en uno de los más internacionales del mundo. Si acabas en tierra isleña durante el segundo mes del año, pasea sobre la arena de sus playas y sonríe al sol, pero no olvides hacerlo con una peluca puesta.

BADAJOZ: EL MEDIEVO SE VISTE DE COLORES VIVOS

El caminante soñador, el escapista del pasado, sonríe al pasear entre las fachadas de piedra de Badajoz, la urbe extremeña con aroma medieval. El espíritu del carnaval tiene aquí el aspecto sobrecogedor de los siglos que se han ido, pero eso no le impide empolvarse la nariz con un poco de modernidad. Por ello, es natural que el visitante observador crea estar a medio camino entre su propia época y un tiempo muy lejano. Así es la atmósfera que rodea estas fiestas, pletórica de vejez y engalanada con lentejuelas. ¿Quieres vivir esa experiencia? ¿Tienes ganas de saber lo que se siente al navegar entre dos mundos, el tradicional y el más contemporáneo? Pues Badajoz seguramente sea tu lugar.

Carnaval de Badajoz

Los seres humanos, amantes como somos de la subjetividad, recelamos de cualquier supuesta verdad incuestionable. En este caso, sin embargo, 100.000 personas al año y la consideración de Interés Turístico Nacional del Gobierno de España legitiman a los carnavales de Badajoz como uno de los mejores del país, y, por qué no decirlo, del mundo. Si a pesar de todo eso desconfías, déjate caer en las candelas del Margen Derecha, la celebración que inaugura las fiestas con la quema de la ?marimanta? o el muñeco que encarna el carnaval, o permite que ?la Tamborada?, el concierto de percusión de las comparsas, te atrape con su magia.

PÍCAROS Y TUNANTES EN LAS FLORIDAS CALLES DE ALICANTE

Carnestoltes, "Rey de los Locos", despierta de su letargo anual para regalar a los ciudadanos de Alicante su animada presencia y la fiesta del carnaval. Pero la recompensa de Prometeo por llevar el fuego del Olimpo a los mortales no fue una medalla, y el destino del bufón es similar cuando la plebe, en el acto simbólico de lavar los pecados antes de la Cuaresma, lo persigue y lo enjuicia cada Martes de Carnaval. Este acto, que convierte las calles alicantinas en una suerte de teatro al aire libre, consigue atraer a los visitantes más curiosos, que también asisten al Entierro de la Sardina o cortejo fúnebre del Pez durante el Miércoles de Ceniza. No podemos negarlo: nunca un funeral fue tan divertido.

Correfocs en Alicante

En el país de la picaresca hay un diablillo en cada esquina, quizá incluso el propio Lazarillo buscando con desespero un ciego o un hidalgo pobre al que servir. Lo pícaros del carnaval de Alicante son maliciosos, ante todo divertidos, y están tan presentes como la sempiterna pólvora en el aire o el humo de las hogueras quemadas en San Juan. Nadie osa cuestionar que la sátira ostenta un merecido trono en la región de la costa mediterránea, y no hay usurpadores al acecho esperando su oportunidad para instaurar un nuevo reino de versos amables. Al fin y al cabo, ¿de qué sirve ser algo que no eres si, entre tanto, no puedes hacer uso de una lengua viperina?

ENTRE BRUXAS Y PANDEIROS: EL ENCANTO RURAL DE GALICIA

La lluvia cae sobre las copas de los árboles y el rumor de la lluvia ahoga el estruendo del Mar Cantábrico en el acantilado. Como bien decía el escritor Wenceslao Fernández Flores, el bosque gallego siempre está animado, y más en esta época del año. Si te adentras en su espesura, quizá te encuentres a Alfredo Landa vestido de bandolero, a la Santa Compaña charlando con las ánimas o, mejor aún, a un grupo de brujas celebrando el Entroido, el carnaval de las tierras del norte. Que no te asusten las máscaras de madera ourensanas ni las más afables de la zona atlántica: el primer y último propósito del carnaval gallego es pasárselo bien. 

Carnaval de Viana

En definitiva, la región es idónea para aquellos que anhelen una experiencia rural, tal vez celta, con el toque mágico del folclore norteño. Una opción, lejos del ruidoso ajetreo de la civilización, es la mascarada de los pueblos de Viana y Vilariño, en Orense, donde las comparsas persiguen a las muchachas para pintar sus caras con harina y las sátiras se elevan por encima del estruendo musical de los cacharros de cocina. Todo ello, claro está, saboreando la androlla, el dulce típico de las fiestas. Como suele decirse sobre las meigas, "habelas, hainas" o "haberlas, las hay", y lo mismo ocurre con las posibilidades que ofrece el carnaval en Galicia.

Lo acabamos de ver: en plena segunda década del siglo XXI, el carnaval sigue vivo. El carácter ritual e histórico de muchas de las tradiciones que lo empapan ha sabido adaptarse y fusionarse con la interculturalidad, una simbiosis entre pueblos facilitada por los medios de comunicación y de transporte más modernos. Los turistas, ávidos de conocer aquello que se extiende más allá de sus fronteras, son la pieza clave de ese sincretismo; y en febrero, aterrizan y desembarcan con placer allá donde haya una careta y diversión.

¿Quiere usted seguir su ejemplo? Pues escoja una opción de la lista, cómprese un disfraz y, cómo no, disfrute.

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