La asociación de gestores y propietarios de viviendas de alquiler vacacional Madrid Aloja ha presentado un plan de acción ante la nueva normativa del Ayuntamiento de Madrid, que quiere limitar esta actividad en la capital. Entre las principales medidas propuestas por la agrupación se encuentra la de limitar al 40% el número de nuevos alojamientos de este tipo en los edificios.

Desde la asociación, además, sugieren que, si el porcentaje de viviendas turísticas en un mismo edificio supera el 40%, se tramite el cambio de uso a Apartamento Turístico, con el objetivo de “garantizar un crecimiento urbanístico ordenado”, aseguran desde Madrid Aloja.
 

Entre las propuestas de Madrid Aloja, destacan las siguientes:

• Limitar el número de huéspedes por vivienda vacacional para acabar con los problemas derivados de la sobreocupación. De no cumplirse el tope, Madrid Aloja propone sanciones para las plataformas que recogen anuncios con ocupaciones por encima de las permitidas, a los gestores o propietarios de las viviendas y a los usuarios irresponsables.
• La creación de un depósito de garantía proporcional al número de huéspedes. El objetivo de esta fianza sería la de facilitar la convivencia con el resto de los vecinos, ya que serviría para pagar posibles desperfectos ocasionados por los inquilinos.
• La instalación de sistemas de control de ruido y vigilancia nocturna, de tal modo que se garantizara el descanso de todos.
• El acceso digital a la vivienda, sin llave física.
• La creación de una Oficina de Servicio de Mediación y Convivencia para que los vecinos se sientan escuchados y sus reclamaciones sean atendidas. Esta medida ha demostrado tener más de un 90% de eficacia en la resolución de conflictos en otras ciudades.
   
  La instalación de sistemas de control de ruido y vigilancia nocturna, de tal modo que se garantizara el descanso de todos

   

Desde Madrid Aloja buscan un pacto sectorial que asegure la creación de una oferta de viviendas turísticas centrada en la sostenibilidad y en la calidad. La asociación reivindica el papel del alquiler vacacional como “motor para acelerar la recuperación económica y de su efecto tractor para sectores tan damnificados, como la hostelería o el comercio”.

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