El Ayuntamiento de Madrid no permitirá que operen viviendas de uso turístico (VUT) en edificios residenciales de su centro histórico, apostando por su concentración en bloques destinados íntegramente a la actividad turística. Con esta medida, la capital opta por un modelo donde el alquiler vacacional coexista con otras modalidades de alojamiento, pero salvaguardando a los residentes de los efectos que supone compartir espacio en una misma finca. También estarán prohibidos en locales comerciales y plantas bajas.
Esta medida forma parte del plan RESIDE, presentado este jueves por el alcalde José Luis Martínez-Almeida, que busca acabar con la pérdida de población del centro de la ciudad, ampliar la oferta residencial, ordenar la oferta turística y mejorar la convivencia entre vecinos y visitantes. Se prevé que el texto podría entrar en vigor en agosto de 2025.
La nueva planificación municipal distingue entre el centro histórico y el resto de la ciudad. En el exterior del centro histórico, el Ayuntamiento de Madrid sí permite la implantación de pisos turísticos bajo las condiciones actuales, tanto en edificios completos como viviendas dispersas que convivan con uso residencial. En este último caso, se incluye como novedad la obligación de que esos pisos turísticos dispongan de acceso independiente.