Hoy, 18 de febrero, se estrena el primero de los nuevos chiringuitos de las playas de Maspalomas y el Inglés, ubicadas en la localidad turística de San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria), uno de los principales polos turísticos de las Islas Canarias y el municipio de "sol y playa" que más pernoctaciones registra de toda España.
De esta manera se contribuirá a renovar la imagen de ambos arenales (5,6 kilómetros de longitud), para lo que el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana tiene más planes, como es cambiar las hamacas y sombrillas y mejorar la accesibilidad. Una imagen de gran importancia si se tiene en consideración que el citado municipio recibió en 2019 a 1.573.947 viajeros y registró 11.702.748 pernoctaciones, según los datos de la Encuesta de Ocupación Hotelera elaborada por el Instituto Nacional de Estadística
Los chiringuitos que están siendo sustituidos datan de finales de la década de los 90, por lo que la "joya turística" de Gran Canaria había estado operando con equipamiento obsoleto, tal y como criticó Juan Ferrer mediante el artículo Chiringuitos en Gran Canaria: la excelencia en lo cutre publicado en este diario. Una denuncia que fue rebatida por el entonces responsable municipal de Atención y cuidado del litoral del Área de Turismo, José Carlos Álamo.
Un cambio paulatino
Ahora, los viejos kioscos serán sustituidos por 10 estructuras, de los cuales ocho se destinarán a la venta de bebidas y aperitivos, y dos se utilizarán como taquillas para que los turistas guarden sus pertenencias. Como novedad, los nuevos chiringuitos cuentan con baño incorporado.
El concejal de playas y presidente del Consorcio de Rehabilitación Turística de San Bartolomé de Tirajana, Samuel Henríquez, manifestó el pasado enero que esta renovación será un "proceso paulatino", debido a que requiere de unos tres millones de euros. Henríquez destacó que el Ayuntamiento alcanzó un acuerdo con la Demarcación de Costas para reducir el canon fijado a la instalación de los chiringuitos, pasando así de 450.000 a 209.000 euros.
Cabe destacar que los nuevos quioscos, fueron adquiridos en 2012 por aproximadamente medio millón de euros y fueron entregado al consistorio en 2015. Por lo tanto, llevaban cuatro años almacenados generando un gasto de alquiler de 120.000 euros. Ahora, la entidad municipal ha logrado desbloquear la situación.