Desde que se inició la pandemia, más de 5.900 viviendas de uso turístico (VUT) de la ciudad de Barcelona han tenido que reconvertirse al alquiler residencial, así lo refleja un estudio elaborado por la Asociación de Apartamentos Turísticos de Barcelona (APARTUR) con el que se ha querido evaluar el impacto de la crisis sanitaria en el sector.
Esto supone que el 62% del total de la oferta VUT legal de la ciudad ha salido del circuito turístico. Desde marzo a mayo, el porcentaje era del 40,6% por lo que en la temporada de verano la cifra ha crecido 21,4 puntos porcentuales.
Enrique Alcántara, presidente de la asociación, incide en que “el mercado necesitará casi un año para reactivarse y recuperar la normalidad. Asimismo, augura que, en el escenario actual, las viviendas de uso turístico serán las más demandadas, puesto que se trata del tipo de alojamiento que “mejor garantiza el distanciamiento social”.
Desde APARTUR, entidad que engloba a 279 empresas y profesionales explotadores de apartamentos turísticos reglados, recalcan que el principal reto es mantener los 5.000 empleos directos y los millares de indirectos que generó el sector en 2019. Otro estudio encargado por la patronal a RBD Consulting Group cifraba en 3.000 euros al mes el impacto fiscal de cada piso turístico en la ciudad, un total de 347 millones de euros al año.