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El cementerio inglés de Las Palmas de Gran Canaria, un diamante en bruto para el turismo que permanece cerrado
Desde el Ayuntamiento destacan que formará parte de una ruta que incluirá los lugares icónicos que cuentan la historia de los británicos en la ciudad
Son muchos los vestigios del papel de los británicos en el desarrollo de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Desde los edificios Miller, Elder y Metropole, al Hotel Santa Catalina, pasando por el Gabinete Literario, el Puerto de la Luz o la propia Ciudad Jardín dan pistas de la influencia económica, social y cultural de los ingleses a la capital de la isla.
Pero la institución más antigua de la colonia británica en las Islas Canarias es quizás la que pasa más desapercibida. En el barrio de San José se esconde el British Cemetery, que permanece cerrado al público y solo recibe visitantes en ocasiones especiales, pero que alberga interesantes historias que le convierten en un diamante en bruto para los amantes del turismo cultural y del necroturismo.
Hasta el siglo XIX, los británicos no católicos que recalaban o residían en España y fallecían no podían ser enterrados en los camposantos. Todo cambió con la Real Orden del 13 de noviembre de 1831 que permitía a los ciudadanos ingleses adquirir terrenos para crear sus propios cementerios. Este permiso dio lugar a la proliferación de enterramientos propios en aquellas ciudades en las que los británicos tenían mayor impacto. Así, en España hay cerca de 30 cementerios denominados británicos, ingleses, anglicanos o protestantes según la Fundación Cementerios Británicos, encargada de la gestión de aquellos camposantos que siguen perteneciendo a la corona británica como Madrid, Bilbao y Valencia.
En el corazón de San José
En el caso de Las Palmas de Gran Canaria, el cementerio británico fue construido en 1834 con la inversión de una docena de figuras influyentes de la época —entre ellos Thomas Miller— que querían asegurar el enterramiento para sus familias. “Los británicos que fallecían en la ciudad no podían enterrarse en un cementerio católico y tuvieron que comprar ese espacio que en ese momento era una explanada en el extrarradio. Luego la ciudad fue creciendo y el cementerio terminó ubicado en medio del barrio de San José”, explican a Tourinews desde el área de Turismo del Ayuntamiento.
“Aunque sus orígenes sean británicos y aunque sea la comunidad británica quien intenta mantenerlo, pertenece a los canarios”
Con el paso de los años, se convirtió en el repositorio de gente de muchas y distintas nacionalidades y religiones. Hasta los años 60-70 del siglo XX tenía un número bastante regular de enterramientos, que en la actualidad son más esporádicos; de hecho, el último tuvo lugar hace tres años. Sus puertas permanecen cerradas para los viandantes, aunque se abren para las visitas pactadas.
“No se puede dejar simplemente abierto”
Betty Burgess, presidenta del Club Inglés Las Palmas que ha ejercido de guía a los visitantes del cementerio en numerosas ocasiones, explica a este diario que “la razón por la que el cementerio está cerrado es porque no hay nadie que pueda ocuparse de él”. “No se puede dejar simplemente abierto. No funcionaría. Hemos tenido alguna que otra experiencia poco alentadora”, relata. Cree que la mejor solución sería tener allí a una persona de forma permanente, pero comenta que se mantiene con los donativos
El mantenimiento de las instalaciones depende de las aportaciones “del cada vez menor número de fieles” de la iglesia anglicana de la ciudad, que también están destinadas a mantener la propia Holy Trinity Church. “Hay que sacar dinero para mantener estos sitios históricos de alguna parte. Es un poco complicado”, indica Burgess. Desde el área de Turismo del Ayuntamiento destacan que ellos no tienen competencias para poder abrirlo, puesto que es un recurso privado, pero subrayan que siempre que han organizado alguna visita, desde la iglesia anglicana siempre son muy colaborativos. “Nosotros hemos organizado visitas y siempre han ayudado encantados”, recalcan.
En otros países y en otras partes de España existen grupos que van precisamente a ver cementerios"
“A lo largo del año tenemos en torno a 1.500 personas, pero en grupos guiados. Grupos escolares, de mayores, de interés u otros y siempre van con una persona encargada, de confianza”, cuenta a Tourinews Betty Burgess. “Hay amplias perspectivas para que haya visitas, pero hay algún que otro inconveniente”, añade. En este sentido, el guía turístico Paco Guerra comenta que el estado del cementerio es un poco difícil porque no tienen muchos fondos, aunque añade que justamente eso “es lo que muchos van buscando en los cementerios”. “Le hace falta un remozamiento importante. Si se hiciera algo en ese sentido, podría ser muy atractivo”, remacha Burgess.
Las posibilidades son infinitas, comenta la presidenta del Club Inglés, quien admite que hay mucho interés en organizar visitas con grupos de turistas porque “estos recorridos culturales están cada vez más de moda. En otros países y en otras partes de España existen grupos que van precisamente a ver cementerios”. Agrega que también hay interés en producir eventos musicales en el British Cemetery, siendo algo que se ha propuesto a lo largo de los años.
Desde el Ayuntamiento también coinciden en que tiene un gran potencial a nivel turístico porque “cuenta una parte de historia de Las Palmas de Gran Canaria”, acogiendo en su descanso eterno tanto a “británicos relevantes residentes en la ciudad” como a “muchos empresarios y responsables institucionales de Gran Bretaña que vivían en las colonias británicas de África”.
Un tesoro para los canarios
Burgess recalca el papel importante que juegan tanto la capilla anglicana como el cementerio, que fueron declarados Bienes de Interés Cultural canarios en 2005 y 2010, respectivamente. “Aunque sus orígenes sean británicos y aunque sea la comunidad británica quien intenta mantenerlos, pertenecen a los canarios”, reivindica.
A la hora de explicar qué pueden encontrar los visitantes en su interior subraya que si bien “a primera vista no hay nada muy espectacular”, cuando se indaga en las personas que están enterradas en él, se puede entender cómo fue la época colonial de la que “se nutrió de buena manera parte de la población canaria”.
En él no solo están enterrados ilustres miembros de familias británicas que residían en Las Palmas de Gran Canaria como los Miller o los Manly —que ocupan la parte más antigua del cementerio—, sino que también hay una nutrida representación de gente de paso “que iba y venía de las colonias de África Occidental y más allá”. De hecho, una cuarta parte de los enterrados son gente de mar y pasajeros. Según revela el guía Paco Guerra, uno de los marinos más llamativos es Henry Robert Angel, capitán del Torrens y a cuyas órdenes sirvió el escritor Joseph Conrad, célebre autor de El corazón de las tinieblas. Un porcentaje similar corresponde a personal en servicio colonial, administradores o militares que fallecieron en muchos casos por enfermedades tropicales.
Por su parte, Burgess destaca que también hay un grupo bastante amplio “de los que vinieron en busca de la salud”. Cabe recordar que los primeros pasos turísticos de Canarias se produjeron cuando muchos europeos, especialmente británicos, acudían al archipiélago para curarse de enfermedades, sobre todo, pulmonares como la tuberculosis. “En algunos casos ampliaron sus vidas en unos cuantos años, pero al final sucumbieron y se quedaron en el cementerio”, comenta.
Todos estos detalles convierten al British Cemetery en toda una joya turística a la que sacar brillo. De hecho, fuentes del área de Turismo del Ayuntamiento admiten que el cementerio formará parte de una ruta que están diseñando y en la que se incluirán los lugares icónicos que cuentan la historia del paso de los británicos por la ciudad.
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