El pasado 7 de enero el acuario Poema del Mar (Las Palmas de Gran Canaria) devolvió al mar a una tortuga boba (Caretta Caretta) recuperada después de que hubiese sido hallada herida con su aleta izquierda envuelta en una malla de rafia.
Previo a su suelta en la turística Playa de las Canteras, desde este centro celebraron una jornada de puertas abiertas para invitar en el día festivo a los más pequeños a través de talleres de manualidades y otras actividades educativas a conocer las amenazas que afectan a tortugas y resto de especies marinas.
Tanto la recuperación de la tortuga como la divulgación de los peligros que las acechan forman parte del proyecto 'Bienestar y conservación de la tortuga boba (Caretta caretta)', activo desde finales de 2017 y en el que participan la Loro Parque Fundación, la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), la ONG ADS Biodiversidad y el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre del Cabildo de Gran Canaria representado por su director, Pascual Calabuig.
La tercera tortuga que se devuelve al mar
En el marco de este proyecto “esta es la tercera tortuga que se devuelve al mar”, según explica a Tourinews, Alberto Castellanos, jefe de biología del acuario Poema del Mar. La primera que llegó “se había tragado una potera”, un instrumento para pescar calamares con anzuelos en uno de sus extremos, que “acabó soltando” por lo que se devolvió a su hábitat. La segunda, en palabras de Castellanos, “fue un caso un poco más doloroso” porque le tuvieron que amputar una aleta que estaba en muy mal estado. No obstante, la historia también terminó en final feliz: “Fue una maravilla ver cómo con el paso del tiempo se adaptó y a las condiciones, a la exhibición y cuando se liberó apenas se notaba que le faltaba una aleta”.
La tercera ha sido la protagonista de esta última suelta. Llegó el 30 de junio al acuario proveniente del Centro de recuperación de fauna silvestre del Gobierno Insular de Gran Canaria. Según relata el conservador del Poema del Mar, fue encontrada por un barco cuando estaba “atrapada en una red y tenía una aleta muy dañada”. El servicio de rescate del Cabildo la acogió y recuperaron su extremidad “hasta donde pudieron con todos los medios que tenían”. Finalmente llegó al tanque del acuario para terminar su última fase de rehabilitación. “En nuestro tanque tiene temperatura, profundidad, sistema de corriente adecuado. La tortuga llegó sin mover la aleta y se fue de aquí totalmente recuperada y todo salió muy bien”, afirma Castellanos.
Una recuperación entre tiburones
El biólogo destaca que desde un principio “se adaptó muy bien a sus compañeros de tanque”, ni más ni menos que uno de los grandes depredadores del mar, los tiburones. Tras ser sometida a seguimiento veterinario se comprobó que estaba lista para volver a su hábitat. En su nueva etapa no lleva un dispositivo de seguimiento, tal y como ha especificado Alberto Castellanos: “Algunas de ellas se monitorizan, en este caso no lo hemos hecho aunque tenemos la seguridad de que la tortuga está en perfecto estado y va a adaptarse perfectamente”.
En el tanque que durante seis meses fue su hogar, y que se adaptó especialmente para esta labor, aún queda una de sus congéneres que fue operada por una fractura en la aleta y que se está recuperando. “De momento está muy contenta y se le ve en muy buen estado”, añade el jefe de biología.
“Les cogemos un cariño increíble”
Poema del Mar cuenta con un tanque con corrientes, agua caliente e incluso playa, especialmente diseñada para acoger a estos reptiles, aunque en realidad, ninguno de estos ejemplares les pertenece. Y es que hasta ahora ha sido un área de uso exclusivo para los ejemplares en proceso de recuperación que, eso sí, pueden ser visitados por todo el público: “El tanque es una exhibición del acuario que en su momento se adaptó especialmente para esto. Nosotros sabíamos que el Cabildo necesitaba nuestra ayuda y así lo hicimos siguiendo sus indicaciones para poder llevar a cabo este proyecto, pero es una exhibición que puede ver toda la gente que viene”.
Asimismo, Castellanos confiesa que durante la fase de rehabilitación las tortugas no reciben nombre: “Consideramos que son animales de paso. Sobre todo, deseamos no volver a verlos, eso sería la mejor noticia”. Aclara, no obstante, que el trato diario con ellas hace que surja un fuerte aprecio: “Por supuesto que les cogemos un cariño increíble, es un contacto diario con nuestros animales y cualquiera puede imaginar lo que supone”.
Un éxito “mayor del esperado”
A la hora de hacer balance de un proyecto que lleva activo desde 2017, el jefe de biología del centro grancanario expresa su satisfacción y explica que están “francamente contentos” porque ha sido un éxito “mayor del esperado”. Incide en que las condiciones del tanque han hecho que la recuperación sea “espectacular” según les han comunicado los veterinarios del Cabildo de Gran Canaria. Por ello, no descartan la extensión del programa a otras especies: “Cualquier especie que quiera recuperar tenemos las puertas abiertas”, subraya y apunta “a las rayas que sufren la amputación de la cola”.
Los acuarios, un espacio para la sensibilización
Alberto Castellanos expone que “los centros zoológicos y acuarios son un lugar especialmente bueno para sensibilizar a la gente” porque por ellos pasan millones de personas todos los años y “hay que aprovechar la ocasión”. Enumera las diferentes actividades y pantallas informativas que utilizan para concienciar a los visitantes de “todo lo que hacemos mal” como desechar plásticos al mar o el finning (cortar las aletas del tiburón). “Aprovechamos la visita de la gente para informarles, sensibilizarles y que salgan con otra idea y con otra conciencia”, remarca y concluye su argumento aseverando que “es el punto más importante que puede tener un acuario o un núcleo zoológico”.