El parque urbano El Laurel, ubicado en el municipio turístico de Puerto de la Cruz (Tenerife), ha reabierto sus puertas transformado en un espacio inclusivo, que cuenta con elementos de juego dirigidos a menores con discapacidad. La versatilidad, además, es una de sus principales características, ya que está adaptado para personas de todas las edades con o sin diversidad funcional.
La inauguración del parque, de 5.800 metros cuadrados, tuvo lugar el pasado jueves, 19 de septiembre. Al acto asistió el presidente del Cabildo de Tenerife y del Consorcio Urbanístico para la Rehabilitación del Puerto de la Cruz, Pedro Martín; el alcalde del Puerto de la Cruz, Marco González; el director general de Infraestructura Turística, Fernando Miñarro; el gerente del Consorcio, Fernando Senante; y representantes del estudio de arquitectura Jiménez-Bazán, de la empresa Zona Verde Garden Center, de Sinpromi y de asociaciones y colectivos por la diversidad funcional del municipio.
De dch. a izq.: Fernando Miñarro, director general de Infraestructura Turística; Marco González, alcalde de Puerto de la Cruz; y Pedro Martín, presidente del Cabildo de Tenerife
A este respecto, Pedro Martín, manifestó que “cuando las instituciones hablan de mejorar un destino turístico como Puerto de la Cruz no sólo significa modernizar hoteles, accesos y avenidas, sino también hacer un lugar más habitable, porque al final la calidad turística se mide por la calidad de la convivencia”.
Por su parte, Marco González puso el acento en el carácter inclusivo del parque, “que fomenta no solo el juego colectivo, sino el aprendizaje y la convivencia”. El alcalde también puso de relieve el papel de las madres de todos los niños que han impulsado la construcción de este recinto “porque sin ellas y su empuje no hubiera sido posible”.
La transformación de este jardín urbano en un parque inclusivo forma parte del proceso de modernización y mejora del destino impulsado por el Consorcio de Rehabilitación de Puerto de la Cruz, integrado por el Cabildo de Tenerife, Gobierno de Canarias y Ayuntamiento de Puerto de la Cruz.
El proyecto, desarrollado por el Estudio Jiménez-Bazán Arquitectos, requirió una inversión de 848.350 euros y obtuvo el Premio Innovación en la Arquitectura Accesible, concedido por Sinpromi (Sociedad Insular para la Promoción de las personas con discapacidad), en 2018. Esta entidad, al igual que la Asociación Visión Azul, la Plataforma por un Puerto de la Cruz Accesible y Diverso, la Asociación Asmipuerto y la Asociación Vecinos de La Paz, han supervisado esta iniciativa desde su anteproyecto.
Foto: puertodelacruz.com
El parque
El parque sigue una filosofía inclusiva, que se aleja de un columpio adaptado para una persona con discapacidad, ya que incluye en todos los juegos a todas las personas, independientemente de sus capacidades físicas, sensoriales o cognitivas.
El recinto cuenta con unos caminos asfaltados con líneas y círculos de color tierra y blanco. Dicho asfaltado es ecológico, ya que un 10% del árido empleado es reciclado y proviene del fresado de pavimentos.
Además, las líneas cognitivas en el suelo a modo de textura permiten que las personas con dificultades visuales puedan guiarse por el parque, de igual forma está pensado para ellos la señalética y algunos juegos que incluyen texturas y volúmenes como parte del entretenimiento.
La instalación gira en torno a los árboles y vegetación autóctona existentes, de ahí sus curvas que sirven a su vez para delimitar los espacios de juego. La empresa adjudicataria de la obra, Zona Verde Garden Center troceó algunas de las ramas resultantes de la poda del parque y las añadió en las zonas de juego y áreas ajardinadas. Estos trozos de la corteza invitan a sentarse sobre ellas, su textura, al tocarlos, produce un efecto tranquilizador para niños con determinadas discapacidades cognitivas.
En cuanto a la iluminación, dispone luminarias led con sistema de control de centralizado. El cuidado del medio ambiente no solo es visible, sino que bajo la superficie de las áreas ajardinadas este Parque también cuenta con un sistema urbano de drenaje sostenible con depósitos de infiltración que permiten recoger el exceso del agua de lluvia y distribuirla por el terreno.
