El sargazo es un viejo enemigo de las costas del Caribe mexicano. Desde el año 2011, esta alga pestilente supone un problema para el país azteca, especialmente para sus localidades más turísticas, ya que impiden a los bañistas disfrutar plenamente de los arenales.

Este año, las costas del Caribe de México sufren la invasión del sargazo desde el pasado mayo. Sin embargo, un estudio publicado recientemente por la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) y por la Universidad del Sur de Florida determina que los niveles de esta alga no superarán a los alcanzados en 2018, aunque serán muy superiores a los de 2015.

Lo cierto es que la Secretaría de Marina de México anunció que el sargazo desaparecerá por completo de las playas de Tulum, Othón Blanco y Cozumel (Quintana Roo), el próximo octubre. De acuerdo con Rafael Ojeda Durán, secretario de marina, tan solo el pasado julio se retiraron 24.946,2 toneladas de esta alga de las costas de Quintana Roo. Para ello se requirió la participación de 4.627 personas.

De esta manera, los residentes locales se han volcado con esta labor, sobre todo después de que miles de tortugas murieran atrapadas en estas algas, cuando se disponían a abandonar las playas para adentrarse en el mar. Las autoridades locales, a su vez, informaron a las personas penadas con servicios comunitarios que, si colaboraban retirando el sargazo, saldarían su deuda. 

En esta línea, la hotelera Bahia Principe, del grupo turístico Piñero, decidió instalar un sistema de barreras en sus playas de la Riviera Maya, donde cuenta con cuatro establecimientos, con el que ha conseguido reducir la presencia de sargazo en estos arenales. Cabe destacar que estas algas también han invadido las costas del sur de Miami (Florida), así como a algunas islas del Caribe. 

Proliferación del sargazo

Los especialistas señalan que la proliferación del sargazo se debe, especialmente, a la deforestación del Amazonas. "El principal problema es el río Amazonas. El segundo, el calentamiento global. Mientras más caliente esté el agua, más se reproduce", enumeró el experto en medioambiente de la Universidad Internacional de Florida (FIU), Steve Leatherman, en declaraciones a AFP. 

En este sentido, tal y como informa La Nación, los científicos se remontan al año 2011, cuando hubo un incremento de la agricultura en las proximidades del río Amazonas, lo que conllevó a un mayor uso de fertilizantes, para explicar la proliferación del sargazo. Y es que la lluvia desplaza estos fertilizantes al río Amazonas, que desemboca en el océano Atlántico. Allí, estos productos terminan fertilizando más de lo normal las algas.  

El sargazo se forma como consecuencia de las corrientes oceanográficas, que hacen que la macroalga se extienda desde el oeste de África hasta el Golfo de México, un fenómeno que ha sido bautizado como 'El Gran Cinturón de Sargazo del Atlántico (GCSA)' por los científicos. El año pasado, por ejemplo, el sargazo se alargó más de 8.850 kilómetros. 

No hay que olvidar que el sargazo es un fenómeno natural que, al igual que otras algas marinas, ofrece alimento, refugio y espacios para la reproducción a los animales acuáticos. No obstante, cuando se acumula en las orillas de las playas se seca, desprende un olor fétido y atrae a las moscas, algo que daña la imagen de los destinos.  

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