La observación de las estrellas y los astros es algo que siempre ha maravillado al hombre desde tiempos inmemoriales, pero la potencialidad económica que guardan nuestros cielos es un tesoro que ha pasado desapercibido para la mayoría durante mucho tiempo.
El astroturismo o turismo astronómico es una actividad, relativamente nueva, que llega como alternativa a las opciones tradicionales de ocio nocturno. Los espacios que resisten a la polución y a la contaminación lumínica han aprovechado muy bien el atractivo que representa para el turista lugares en los que relajarse y disfrutar de la contemplación de las estrellas.
Así lo demuestra el crecimiento meteórico del negocio que se está generando en torno a la observación estelar. “En Andalucía, hace cinco años tú decías que podría venir gente de otros países a ver nuestros cielos y parecía que no lo decías en serio, y nosotros ahora llevamos un verano que hemos tenido más de sesenta actividades con grupo. Tenemos muchísima demanda”, confiesa José Jiménez, director de Astroándalus, agencia especializada en turismo astronómico y científico.
Esta empresa andaluza organiza actividades de observación astronómica tanto para turistas que proceden de otros países y quieren disfrutar de los cielos españoles, como para españoles que desean desplazarse a otros lugares del mundo para ver fenómenos que no se pueden contemplar desde aquí. Ejemplo de ello son las auroras boreales en Noruega o los talleres de fotografía nocturna en Estados Unidos.
¿Por qué este boom del turismo astronómico?
El aumento del público de este tipo de actividades parece estar ligado a la divulgación científica y astronómica. “Se está hablando mucho del tema y se está haciendo una labor divulgativa muy importante en torno a ello. Hace seis años nadie hablaba de la belleza de un cielo estrellado. Eso estaba ahí, pero no se estaba promocionando. Ahora ya son muchos los que están trabajando en el posicionamiento de sus cielos como recurso turístico; hay muchas campañas promocionales, libros, guías. En definitiva, hay mucha más comunicación en torno a este tema. Hace unos años uno acudía a cualquier feria de turismo en Londres, Madrid o Berlín y no se veía nada de astroturismo y ahora cuando vas a ese tipo de ferias ya se empiezan a ver muchas iniciativas. Noruega, por ejemplo, con las auroras boreales y Latinoámerica está también muy fuerte en este campo” asegura Jiménez.
Diferentes tipos de alojamientos
Dentro del sector del turismo astronómico una tendencia que parece consolidarse es el llamado glamping. Este concepto, que nace en Estados Unidos, consiste en acampar en plena naturaleza sin renunciar a las comodidades y prestaciones de los alojamientos más sofisticados. En palabras de Carlos Romay, cofundador de Bubble Tent Canarias “es un camping glamouroso, con unas comodidades como las de estar en un hotel de alta categoría, pero en contacto con la naturaleza porque el alojamiento está integrado en el paraje natural”.
Además del glamping, los alojamientos tradicionales que se han querido sumar al turismo astronómico normalmente cuentan con la certificación StartLight, que asegura que se cumplen unas condiciones mínimas requeridas para la observación estelar.
La Fundación Starlight es una entidad creada por el Instituto de Astrofísica de Canarias cuyo fin principal es la protección del cielo estrellado y la difusión de la astronomía ante el público popular.
La observación estelar tiene sus propias rutinas
Eneko Eguiguren, director del alojamiento Starlight Argonz Etxea, explica que cualquier alojamiento con certificación Startlight tiene que adaptarse a horarios ligeramente diferentes de los de un hotel tradicional. “Tienes que tener unas comodidades para ese tipo de turista. Te tienes que amoldar a las necesidades que implica esa actividad. Por ejemplo, normalmente en los hoteles se desayuna de ocho de la mañana a diez de la mañana y una persona que vuelve de hacer una observación nocturna puede llegarte al hotel a las tres o las cuatro de la madrugada. Entonces tienes que posponer el horario del desayuno. Al igual que los desayunos, también las cenas se hacen más tarde”.
El turista astronómico
Respecto al perfil de este tipo de servicios de observación astronómica, José Jimenez confiesa que tienen un cliente que no esperaban. “Cuando creamos la empresa hace 3 años pensamos que nuestros clientes iban a ser personas interesadas en la astronomía, personas que ya venían con un conocimiento previo y para nada fue así. Podemos afirmar que el 99% de nuestros clientes son personas que nunca han mirado por un telescopio, pero que están de vacaciones y quieren incorporar una actividad de observación astronómica en medio de sus vacaciones. Son personas, por lo general, de un poder adquisitivo medio-alto que tiene interés por la cultura y la naturaleza, pero son gente que no tiene conocimientos previos de astronomía”.
Para atender las demandas de este tipo de cliente es fundamental contar con monitores y bibliografía que pueda ayudar al usuario a introducirse en el mundo de la astronomía.
La Palma, un ejemplo a seguir
La isla de la Palma, situada en el archipiélago canario, ha sido reconocida como uno de los mejores destinos en lo que observación astronómica se refiere. Este destino ha sabido aunar ciencia y turismo para situarse como una referencia mundial para el negocio del astroturismo.
Toño González, experto en turismo astronómico y formador de guías StartLigth asegura que “tenemos uno de los mejores observatorios profesionales del mundo y con el gran telescopio Canarias, que es el mayor telescopio óptimo del mundo. Esto hace que nos convirtamos en una especie de meca para la astrofísica profesional. Si a esto añadimos que hay una ley de protección del cielo que garantiza aislar a la isla de la contaminación lumínica, convertimos a la isla en un paraje natural excepcional para observar las estrellas".
Este artículo es una síntesis del programa de Bungalow103, Capital Radio. Si quiere escuchar el programa completo puede seguir este enlace.