Ya lo advirtió el pasado verano la consejera de Turismo y Empleo del Gobierno de Canarias, Jessica de León, cuando apuntó a que la turismofobia en las islas empezaba a ser “preocupante”. Tal y como ha sucedido en urbes como Barcelona o en zonas turísticas de Mallorca e incluso el propio archipiélago canario, han aparecido pintadas contra el turismo y los nómadas digitales en Las Palmas de Gran Canaria, capital de la isla homónima.
Tourist and digital nomad go home (Turista y nómada digital volved a casa) es el mensaje que se puede leer en una calle de uno de los barrios más turísticos de la capital grancanaria como Guanarteme. En este distrito, anexo a la playa urbana de Las Canteras, hay abundante presencia de hoteles, apartamentos turísticos y viviendas vacacionales, por lo que es muy común encontrar visitantes extranjeros paseando por sus vías, paseo marítimo o tomando el sol en el mencionado arenal.
Turismofobia en un destino ‘tourist friendly’
Este último año ha sido el primero en el que se han empezado a hacer patentes verdaderamente muestras de rechazo al turismo en Canarias. La historia reciente del archipiélago y su desarrollo económico en los últimos 70 años no se entiende sin la industria turística, por lo que esta oposición al sector, que ya se había empezado a dar hace años en otros puntos de la geografía española, no había permeado de manera notable en las islas.
No obstante, ya este verano se produjo una manifestación en el municipio tinerfeño de Arona con proclamas antituristas, y se hallaron los primeros carteles fake para espantar viajeros en una playa del norte de Tenerife. Ahora, aparecen grafitis en una zona turística de la capital de Gran Canaria que conminan a los visitantes a volverse a sus casas.