Muchos edificios antiguos son derribados cada año a pesar de su valor histórico para construir nuevas viviendas. Sin embargo, a veces la demolición no es la única solución. Algunos complejos, dada su excelente ubicación y la buena conservación de su infraestructura pueden ser reutilizados en el sector turístico. Este es el caso de un antiguo resort nazi, que se ha convertido en el lugar ideal para pasar las vacaciones cerca del mar y rodeados de todo tipo de lujos.
El complejo de viviendas de PRORA fue construido para convertirse en una ciudad de vacaciones para los trabajadores alemanes durante el Nacional Socialismo. Se sitúa en la isla de Rügen, en Binz, donde se extiende durante 4,5 kilómetros de longitud. Concebido por el arquitecto Clemens Klotz (1886-1969), cada habitación de 5 por 2,5 m disfrutaba de vista sobre el Mar Báltico, contaba con dos camas, un armario y un lavaplatos. Los sanitarios y las duchas eran comunes. PRORA se convirtió en una edificación monumental, moderna y funcional, con toques Bauhaus y neoclásicos, desmarcándose del puro estilo de arquitectura nazi. Así, su diseñio ganó el Grand Prix de arquitectura en la Exposición Interancional de París en 1937.
Tenía capacidad para albergar a 20.000 personas. Sin embargo, nunca fue un centro vacacional pues cuando estalló la Segunda Guerra Mundial se convirtió en un campo de refugiados para civiles. Después de esto, al ubicarse en la zona de ocupación soviética, el Ejército Rojo lo utilizó como base militar. Más tarde, también se utilizó como escuela militar y residencia para la unidad de paracaidistas de la República Federal Alemana. En 1992 quedó abandonado hasta que hace unos años la inmobiliaria alemana Metropole Marketing comenzó a trabajar para convertirlo en un complejo de apartamentos turísticos de lujo, con aparmentos de entre 28 m2 y 120 m2 y precios comprendidos entre 125.000€ y 850.000€.
La reutilización de edificios ahora históricos del Tercer Reich siempre han ido ligados a polémicas y debates sociales en Alemania. En este caso, el sector inmobiliario y el turístico han propulsado la recuperación de un resort que, incluso la propia promotora Metropole Marketing, apellida en su web "Das Denkmal", el monumento.