Al igual que otras grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla o Palma, el Ayuntamiento de Valencia pretende actualizar su normativa municipal para legalizar las viviendas de uso turístico (VUS).

Desde el consistorio levantino han encargado a expertos de la Universidad de Valencia una propuesta de ordenanza. Y este equipo ya ha presentado el primer borrador a los representantes vecinales, que se muestran indignados ante la propuesta.

La propuesta de lo que será la futura Ordenanza reguladora del Control de Vivienda de Uso Turístico propone que los propietarios puedan alquilar sus viviendas a turistas un máximo de 60 días al año, independientemente de si se trata de áticos o entreplantas.
 

Esto ha sido duramente criticado por la Federació d’Associacions Veïnals de València (Faavv) que considera que “es una grave irresponsabilidad crear nuevas figuras que ni siquiera están previstas en la Ley de Turismo de la comunidad”.

Desde la federación exigen al Ayuntamiento un estudio detallado sobre cuánta oferta turística extrahotelera hay realmente en la ciudad y reiteran que son pocos los que cumplen los criterios del Plan General de Ordenación Urbana (ocupar edificios de uso exclusivo o estar ubicados en bajos o primeros). “La mayor parte de oferta de viviendas de uso turístico en la ciudad se realiza al margen de la legalidad, no se sabe a ciencia cierta cuantas viviendas hay en el mercado, pero si se sabe que la mayoría no podrán obtener nunca la acreditación de compatibilidad urbanística”, aseveran en un comunicado.
 

Reclaman, asimismo, que el consistorio dé prioridad a la resolución de quejas y denuncias vecinales por molestias y que controle el impacto que tiene esta actividad sobre el mercado del alquiler residencial. “El Ayuntamiento carece de procedimientos sancionadores eficaces y no habilita los recursos necesarios para hacer frente a las denuncias”, destacan y sostienen que las VUS están detrás de las subidas de más del 40% en las rentas del alquiler desde 2017.

Por todo ello, han pedido la retirada del borrador y piden frenar el problema que supone esta oferta para evitar llegar a los extremos de ciudades como Barcelona, París o Ámsterdam.

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