La entrada en vigor del Real Decreto 933/2021 de 26 de octubre para el registro de viajeros, ha sufrido el enésimo aplazamiento tras las numerosas quejas del sector, que pocas veces se pone de acuerdo de forma tan unánime. Y es que son muchos los que han enumerado todos los aspectos negativos de esta normativa —de obligado cumplimiento—que exige a las empresas que gestionen reservas de alojamiento o coches de alquiler que recopilen una larga lista de datos de sus clientes y, en menos de 24 horas, lo notifiquen al Ministerio del Interior.

Hoteleros (a través de patronales como CEHAT, CEAV, FEHM, HOSBEC, AEHM o ASHOTEL); los campings (FEEC); las agencias de viajes y touroperadores (ACAVE, FETAVE, UNAV); las rent a car (FENEVAL y ASEVAL) y el sector en general, a través de la Mesa de Turismo y la comisión de Turismo de la CEOE, han manifestado su descontento ante una normativa — que generará el “caos absoluto”, pues consideran que su aplicación es “imposible”.

Pero, ¿cuáles son los pecados capitales de esta normativa?

1. Injerencia en la privacidad


La raíz de la mayoría de las quejas se halla en los datos solicitados e indicados por el RD 933/2021. Solo para una reserva hotelera se pide cumplimentar más de 40 apartados entre los que se incluyen algunos asequibles (nombre, apellidos y número de documento del viajero), otros más peliagudos (los que hacen referencia a las tarjetas de crédito o la dirección completa del cliente) y otros desconcertantes (como el número de habitaciones del alojamiento o si este cuenta con wifi).

“La agencia de viajes en un pueblo de Alemania no se los va a pedir al cliente que, además, va a estar reacio a darlo”, explica Eduardo Zamorano, miembro del Consejo Editorial de Tourinews.

Desde la Asociación Neerlandesa de Agencias de Viajes y Touroperadores (ANVR) consideran que supone una injerencia significativa en los derechos de privacidad de turistas y usuarios. “Las medidas propuestas son desproporcionadas y lo hacen mucho más difícil para el viajero”, Frank Radstake, director de ANVR.

2. Riesgo de robo de datos y phising


Asimismo, el sistema depende de que la agencia de viajes en origen recopile la información y se la haga llegar al resto de actores de la cadena, algo que resulta bastante inconcebible por:

  • Negativa del cliente, celoso de su privacidad, especialmente en importantes emisores a España como Alemania o Países Bajos.
  • Leyes de protección de datos que impiden ciertos intercambios de información.
  • Las agencias y los operadores no quieren “regalar” el contacto directo de sus clientes a competidores en la distribución. “Muchas están dando ya lo mínimo imprescindible”, explica Zamorano, quien recalca que algunos organizadores solo facilitan un número de reserva para identificar al cliente.
  • Riesgos en las transferencias. Según Alba María Rodríguez de Anta, abogada del despacho Circulo Legal Madrid, “el manejo de grandes cantidades de datos sensibles abre la puerta a fugas de información y ataques de phishing [suplantación]”

3. Datos imposibles


Uno de los mayores desafíos lo enfrentan las rent a car, a las que se les solicitan datos imposibles. Y es que, en el momento en que se formaliza la reserva —no en el de recogida del vehículo— se exigen modelo, matrícula, número de bastidor o número de kilómetros de entrega y recogida. De ello se deduce que estas solicitudes no tienen en cuenta la operativa del sector. “Es imposible que se tengan esos datos. Hay reservas que se hacen de un año para otro y las empresas de renting no saben qué coche van a proporcionar o incluso aún no lo han comprado para su flota”, comentan expertos a Tourinews.

4. Duplicidades


Al estar obligados a cumplir con la norma, agencias de viajes, receptivos, bancos de camas, touroperadores que tengan contratos directos con los hoteles y los propios alojamientos, así como las empresas de rent a car. Esto, en opinión de expertos del sector, va a provocar duplicidades e incluso triplicidades en la recolección y notificación de datos. Una misma reserva será notificada tanto por una agencia de viajes como por el hotel y la de renting.

5. Automatización nula


“La infraestructura tecnológica necesaria para cumplir con las obligaciones de registro y comunicación no está plenamente operativa”, protestan desde CEHAT, obligando a su registro y envío de forma manual, llevando al “consiguiente aumento de errores y trabajo desproporcionado de quienes los deben remitir”.

“En teoría se va a automatizar, pero en la práctica no funciona”, sentencia Zamorano, indicando la dificultad de que respondan al teléfono desde el Ministerio.

6. Carga de trabajo inasumible


Todos los aspectos anteriormente citados se traducen en una carga de trabajo que, desde la mayoría de los colectivos, consideran inasumible. “Nos parece relevante destacar que, las nuevas obligaciones de registro e identificación suponen una sobrecarga administrativa excesiva, especialmente para las pequeñas y medianas empresas (pymes), que constituyen el núcleo del sector turístico (95% de las empresas). Implementar estas exigencias incrementa los costos operativos y la complejidad de gestión, algo que muchas empresas no pueden asumir”, aseveraban desde la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT).

7. Promesas no vinculantes


En el sector también hacen patente su descontento con la comunicación que se ha mantenido a lo largo del tiempo con el Ministerio. Mediante misivas ha prometido a las asociaciones que no deben preocuparse por ciertos aspectos de la normativa, pero en ningún caso se ha garantizado mediante documentos vinculantes que protejan a las empresas ante posibles sanciones que van entre los entre 100 y 600 euros, en el caso de las leves, a los 601 y 30.000 euros de las graves.