Las principales aerolíneas de Rusia, por recomendación de la Agencia Federal de Transporte Aéreo (Rosaviatsiya), han cancelado todos sus vuelos internacionales —a excepción de las conexiones con Bielorrusia— a partir del 8 de marzo de 2022.
Ya han comunicado dicha cancelación S7 Airlines, Azur Air, Ural Airlines, Aeroflot y Rossiya. Estas dos últimas, pertenecientes al mismo grupo aéreo, han destacado que toman dicha decisión “para reducir los riesgos de que los pasajeros no puedan utilizar los vuelos de regreso a Rusia”. No obstante, los expertos apuntan otro motivo: evitar que les sean arrebatadas las aeronaves que operan bajo contrato de arrendamiento.
Cabe recordar que una de las sanciones internacionales obliga a las empresas de arrendamiento extranjeras de aeronaves y de motores a rescindir sus contratos con las aerolíneas rusas antes del 28 de marzo. Esto supone dejar maniatada a la aviación del país eslavo, puesto que, según datos de la compañía especializada Cirium, 515 de los 861 aviones comerciales que operan en Rusia se verán afectados.
Un bien estratégico para Rusia
Si bien las grandes empresas de leasing —la mayoría con sede en Irlanda y Estados Unidos—han comenzado a anular sus contratos con las compañías rusas, lo cierto es que aún no tienen claro cómo van a recuperar sus activos. La opción de embargarlos una vez tocan tierra fuera de Rusia es la más práctica y sencilla; y, justamente, esta es la que quieren evitar las aerolíneas y Rosaviatsiya cancelando los vuelos internacionales.
Y es que los aviones arrendados son un bien estratégico para Rusia por dos motivos: para mantener activas sus conexiones domésticas y, como apuntaba Tourinews, para usarlas como posibles depósitos de repuestos para aeronaves y así paliar la escasez de suministros que se va a generar por los bloqueos.
Problemas para recuperarlos
Ahora que los aviones no saldrán de Rusia, las empresas de arrendamiento tienen un gran reto por delante para recuperarlas. Desde la consultora de ACC Aviation subrayan que el bloqueo del espacio aéreo entre Occidente y Rusia y la prohibición de que los ciudadanos de la UE y los EE. UU. ingresen a Rusia hacen muy difícil trasladar a las tripulaciones necesarias para traer los aviones de vuelta.