No son hamburguesas de autor, ni deconstruidas a lo nouvelle cuisine, sino las propias de un establecimiento de comida rápida puro y duro. Una aerolínea servirá como manjar a sus pasajeros de primera clase cheeseburgers de una cadena de restaurantes de fast food. "Tu sabor despegará", asegura la publicidad de esta peculiar iniciativa culinaria, que pone por los cielos la comida basura.
“Una deliciosa hamburguesa con queso es una comida icónica y nuestros clientes saben que por eso es uno de los platos estrellas de nuestros menús", reza la promoción, que a continuación desgrana la guarnición que acompañará al popular emparedado de carne y queso: patatas fritas, ensalada César y, para rematar la insólita ingesta, un brownie de chocolate.
La incorporación de la hamburguesa a las bandejas de los comensales de primera clase forma parte de lo que la aerolínea llama, sin ironía, "despegue culinario", una renovación de la carta que incluye también vinos y otras propuestas que volarán directas al paladar de los pasajeros premium. ¡Quién iba a decirle a las hamburguesas que iban a llegar tan alto! Exactamente a 9.000 metros de altura.