Estados Unidos tiene una influencia directa en la situación geopolítica y económica mundial. Se trata de la economía más influyente del mundo y de uno de los países cuya política exterior marca en buena parte la agenda global. Cada cambio que se produce en la nación norteamericana tiene un alto impacto en la comunidad internacional.
La aportación de Estados Unidos al turismo tampoco es baladí. Pese a que sus ciudadanos no se destacan por su inquietud viajera, durante 2014 68,3 millones de los 320 millones de estadounidenses, apenas un 20 %, se trasladaron al exterior. De esta cifra, más de 1,5 millones de norteamericanos visitaron España, tras un incremento anual de casi el 25%. Estas cifras se consideran relevantes si partimos de la base que más del 80% de los estadounidenses no cuentan con pasaporte mundial. Sí existe una 'passport card' , algo así como un DNI con parámetros de seguridad de pasaporte, que les permite viajar a Canadá, México y algunos países de Caribe. A la inversa, por su parte EEUU recibió a 75 millones de personas durante el mismo año.
A su vez, cuatro de los diez aeropuertos más transitados del mundo se encuentran dentro de sus fronteras (Atlanta, Chicago O'Hare, Los Ángeles y Dallas/Fort Worth). Miami es la principal base de las grandes compañías de cruceros teniendo en ella su sede navieras como Royal Caribbean, Norwegian Cruise o Carnival Cruise. Y, es más, las tres mayores hoteleras del mundo también proceden de esta nación: Marriott International, Starwood, Hilton Worldwide.
El valor del dólar
Sería inimaginable que las elecciones que se celebran hoy en EE.UU. no tuviesen consecuencias para la industria turística. La primera de estas consecuencias viene ya dando sus primeros pasos sin haberse celebrado las elecciones. Y es que el valor del dólar lleva registrando fuertes fluctuaciones debido al estrechamiento electoral entre Hillary Clinton y Donald Trump que según Real Clear Politics se sitúa en menos de dos puntos. La moneda de Estados Unidos ha perdido terreno frente al euro, al franco suizo, al yen y a la libra esterlina, aunque ha ganado frente a otras monedas de mercados emergentes como el peso mexicano o el real brasileño. La pérdida de valor del dólar puede favorecer un incremento en el flujo de viajeros desde Europa y Japón hacia el país norteamericano y, posiblemente, disminuir el número de turistas estadounidenses que viajen a Europa debido al cambio.
Destino líder:
México y el "nuevo muro"
En 2014, el 55% de los viajeros internacionales viajaron a México (25,4 millones) y Canadá (12,1 millones). El viajero estadounidense tiene predilección pues por los destinos más cercanos y, especialmente, por su vecino del sur. Ante esta situación, ¿cómo influirá la promesa electoral de Donald Trump de construir un muro que separe México y EE.UU.?
A priori es fácil pronosticar que en caso de seguir adelante con esta medida, las relaciones diplomáticas y fronterizas entre ambas naciones no van a facilitar el flujo de viajeros de un lado al otro de la frontera. Los resorts que copan, entre otros destinos mexicanos, Cancún y la Riviera Maya pueden verse afectados por una disminución en el número de huéspedes debido a las complicaciones que puede suponer una hipotética división total. También será determinante la posición que el gobierno de México DF tome respecto a la permisividad en el otorgamiento de visados: ¿primará el interés económico y la necesidad de mantener el flujo constante de turistas que llegan a las costas mexicanas o se sacrificarán en pro del orgullo y el mantenimiento la postura política firme?
Destino emergente:
Cuba: ¿Donald o Hillary?
Desde la vecina Cuba, las elecciones estadounidenses también son seguidas con división de opiniones. Por una parte, muchos creen que la ideología del partido republicano y su defensa al embargo de Cuba pueda verse sometida a los intereses económicos de un presidente- empresario como Donald Trump, propietario de Trump Hotels & Casino Resorts. Esto podría propiciar la puesta en marcha de medidas que facilitasen que continuara el desembarco, iniciado por gobierno de Obama, de más compañías turísticas estadounidenses en la la nación caribeña.
No obstante, para los cubanos la opción de la candidata demócrata Hillary Clinton tampoco es una apuesta segura. Pese a que durante la campaña ha abogado por continuar con las políticas de apertura desarrolladas por la administración de Obama e incluso la ampliación de la colaboración entre los dos países, su postura no ha sido siempre la misma. En el 2000 aseguró que "no estaba dispuesta a votar para levantar el embargo", manteniendo esta misma posición durante el inicio de su primera campaña presidencial en 2008.
En esa misma línea, la candidata acusó el pasado 27 de septiembre a su contrincante, de haber violado la leyes del pais y llevar a cabo negociaciones secretas en Cuba en los años 90. Haciendo alusión a un informe de la revista Newsweek, Clinton afirmó que "Los esfuerzos de Trump para entrar al mercado de Cuba, poniendo sus intereses comerciales por delante de las leyes estadounidenses (…) muestran que él pone sus intereses personales y comerciales por delante de las leyes y los valores y las políticas de Estados Unidos". Este cambio de opinión despierta las dudas entre profesionales del turismo y las propias autoridades cubanas sobre si será la ideología de los demócratas o los intereses económicos del candidato republicano los que den continuidad a las buenas relaciones existentes en la actualidad entre EEUU y Cuba.
Está claro que todo el mundo y especialmente la industria del turismo tiene sus ojos puestos en las urnas del país de las barras y estrellas. Aunque, claro está, la última palabra sobre esta confrontación la tendrán los ciudadanos estadounidenses a través de sus votos.