Decía un conocido periodista de la tierra que, así como los vascos nacían donde querían, los gallegos nacemos donde podemos. El ejemplo por antonomasia es el del hombre más rico del mundo por unas horas, Amancio Ortega, al que le hubiera gustado nacer en Coruña, pero tuvo que contentarse con hacerlo en León. Yo también hubiera querido nacer en Coruña, como mi madre, pero a esta le dio por encontrarse en Valencia el día que me parió y desde entonces llevo setenta años con una ciudad escrita en el DNI y otra en el corazón. 

Un caso inverso, y muy curioso,  es el de la Secretaria de Estado de Turismo Isabel Borrego, que nació en Lugo, pero que se ha pasado toda su vida intentando ocultarlo. En sus currículos oficiales señalaba su vinculación a Mallorca cuando era funcionaria de la Comunidad autónoma balear, dejando la impresión de era allí donde había nacido, o a Madrid en su etapa de concejal de concejal en la periferia madrileña.

Imagen: Alberto Pérez (wikimedia.org). 

El truco no le ha servido para ser incluida en la lista del Partido Popular por Balears al Congreso de los Diputados, algo que sí había logrado en la anterior legislatura, pero le ha bastado para aparecer como número tresen la lista del mismo partido por Murcia; lista que por primera vez en muchas legislaturas no encabeza su marido Martinez Pujalte, que en la mejor tradición bananera sí ha obtenido para ella un hueco de salida. Así, siempre habrá un diputado en la familia.

Si antes era de Mallorca ¿cómo es que ahora es de Murcia? Para un buen gallego eso es un problema menor. En la mejor tradición sincrética gallega y con métodos propios del realismo mágico, consiguió que Murcia se desplazara a Balears y apareciera como una quinta Isla en la reciente World Travel Market de Londres, donde compartía espacio con Mallorca, Menorca,Ibiza y Formentera en el stand correspondiente.

Algunos periodistas de Mallorca, en general bien informados, decían no entender el porqué de ese posicionamiento. Incluso a mentes tan imaginativas como las mediterráneas les costaba asumir que la Señora Borrego es ahora de Murcia, pero sin haber dejado de ser mallorquina, a pesar de haber nacido en Lugo. Y es que todos los gallegos no nacemos donde podemos; algunos, incluso, nacen donde quieren.