Aún no ha tomado posesión del cargo, pero Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, ya ha generado mucha polémica. Las últimas declaraciones que han sentado mal, no solo a un país, sino a una región entera —en este caso, a toda Latinoamérica— están relacionadas con uno de los recorridos de cruceros más llamativos del mundo, el Canal de Panamá.
El futuro presidente de Estados Unidos ha amenazado con, nada más y nada menos, con solicitar la devolución del Canal de Panamá si no se respetan los principios “tanto morales como legales de este magnánimo gesto de donación”. Así lo ha asegurado en una declaración en redes sociales.
Para Donald Trump, las tarifas que cobra Panamá por el uso del Canal son exorbitantes y “ridículas, especialmente sabiendo la extraordinaria generosidad que ha sido otorgada a Panamá por EE. UU.”. “Esta completa estafa a nuestro país cesará de inmediato”, ha sentenciado.
Sin embargo, esta idea ha chocado con Latinoamérica en bloque. Varios países, entre los que se encuentra la propia Panamá, México, Colombia o Chile, han pronunciado su rechazo a la iniciativa de Trump. “La interoceánica pertenece a los panameños”, decían en un mensaje cuyo fondo era claro: la soberanía de los territorios de la región es innegociable.
Por su parte, Luis Almagro, secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), ha exigido el cumplimiento de los acuerdos, que precisamente cumplen 25 años el próximo 31 de diciembre. En este sentido, cabe recordar que en 1977 se firmaron los Tratados Carter-Torrijos —por el presidente estadounidense Jimmy Carter y el coronel Omar Torrijos—, mediante los que Estados Unidos entregaba completamente la infraestructura al país centroamericano.