La distribución territorial del voto durante la jornada electoral celebrada el pasado domingo en Turquía —que vivirá su segunda vuelta el próximo 28 de mayo— ha dejado una lectura que ya venían apuntando los profesionales: las provincias eminentemente turísticas abogan por un cambio de presidente.
Pese a que el actual presidente Recep Tayyip Erdogan (AKP) ganó en 51 de las 81 provincias del país, lo cierto es que su rival, Kemal Kiliçdaroglu (CHP), se impuso en toda la franja costera, desde el Mediterráneo al Egeo, donde se concentra la mayor parte de la industria turística; en las dos grandes ciudades —Estambul y Ankara— y las áreas con mayoría de población kurda, en la frontera con Irak, Irán y Siria.
De hecho, el candidato del Partido Republicano del Pueblo resultó triunfador en los tres destinos más visitados del país en 2019: Estambul, Antalya y Edirna. También resultó ganador en Izmir, Muğla (provincia en la que se encuentran Bodrum y Fethiye) o Aydin (donde se ubica la localidad turística de Didim).
Erdogan, por su parte, se mantiene fuerte en la Anatolia central, en el Mar Negro y en el voto que llega desde el exterior, más concretamente desde Alemania, donde residen más de 1,5 millones de votantes. De hecho, tal y como ha recogido Bild, la victoria de Erdogan en el voto por correo turco germano ha sido “aplastante”, acaparando el 61,4% de las papeletas a su favor.
La mayoría de los votantes turcos también votaron por Erdogan en Francia, Bélgica, Austria y los Países Bajos. Por su parte, Kilicdaroglu se impuso en Suecia, España, Polonia, Portugal y Rumania.