En estos días en los que Madrid está proyectando su imagen a nivel internacional con la Cumbre de la OTAN, no todas las impresiones sobre la ciudad, o más bien una de sus infraestructuras más importantes: el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas.
El empresario canario Anil Partap Harjani y un grupo de profesionales que viajaban el pasado 30 de junio rumbo a Londres-Gatwick vía Madrid muestran su estupor ante el estado de la Terminal 2 del aeropuerto madrileño y del servicio ofrecido por la aerolínea Air Europa.
“Soy un cliente VIP de Iberia y mis amigos siempre me insistían en que le diese una oportunidad a Air Europa. Así que finalmente opté por esta compañía”, relata a Tourinews y concluye que Todo empezó mal, ya que el vuelo que debía llegar a la capital de España a las 13:45 lo hizo con 20 minutos de retraso.
Se trata de algo especialmente importante si se tiene en cuenta que el tiempo total de transbordo es 1 hora y 15 minutos y que la distancia entre la puerta de llegada y la de embarque es importante. “El vuelo procedente de Gran Canaria te deja en una puerta situada a unos 23 minutos sin contar con el control de pasaporte”, detalla Partap.
“La T2 comparada con la T4 es una low cost”
El empresario, que ha viajado a 124 países, afirma que lo encontrado en la T2 del aeródromo madrileño fue “surrealista”. Comenta que, sin que hubiese una gran aglomeración de gente, tuvo que hacer frente a media hora en el control policial de pasaportes, pero esa no fue la única espera que tuvo que afrontar.
“Cuando me dispuse a acudir a la sala VIP, también había una larga cola que no avanzó. Voy al baño y también había una larga cola, algo que nunca había visto. También era imposible tomar café”, prosigue.
“Hemos quedado muy bien con la organización de la Cumbre de la OTAN y resulta que damos esta imagen con una T2 que es de tercera categoría. Comparada con la T4 es una low cost”, recalca. Añade que la terminal no daba impresión de estar colapsada, no había tanta gente, pero todos los vuelos se concentran en la misma hora. “No han sabido contratar personal”, agrega.
Lo peor, el embarque
Toda esta mala experiencia se quedó en poco si se tiene en cuenta los problemas para tomar el vuelo hacia Londres. “Tras iniciar el embarque —teníamos prioridad— tuvimos que bajar unas escaleras de dos tramos y subir a una jardinera [como se denominan los autocares que acercan a los pasajeros al avión]. Cuando esta llegó al avión, un miembro de la tripulación habló con el conductor de la misma y, sin ninguna explicación, tuvimos que hacer el camino de vuelta y volver a subir las escaleras”, relata.
Se hizo un segundo intento de embarque —con la respectiva comprobación de documentación—. De nuevo, tras embarcar en la jardinera, les hicieron volver atrás y repetir el proceso una tercera vez. Como dice el dicho, esta fue la vencida, eso sí, con más de una hora y media de retraso. “Lo pasaron especialmente mal minusválidos, niños y personas con poca movilidad, subiendo y bajando escaleras”, subraya Partap.
“Subí el último al avión”
El canario también protesta por “un orden de embarque sin ninguna lógica”. Afirma que la prioridad no tiene sentido cuando se usa una jardinera. “Llegas el primero, pero al seguir entrando gente eres el último en salir. Además, pasas más tiempo hacinado que ninguno y ahora que no se exige mascarilla”. Un proceso más pesado si se tiene en cuenta que se repitió hasta en tres ocasiones.
“Hablamos de nuestra Iberia Express y nuestra Air Europa, pero no ofrecen un mejor servicio que Ryanair o easyJet. Volé con ellos porque mis amigos me animaron a probar otra compañía y ha resultado un desastre total. El lunes vuelvo con ellos y por última vez. Air Europa, compañía que ha recibido 475 millones del rescate, ha demostrado ser de segunda categoría”, concluye.