Esta última han saltado las alarmas en el sector aéreo europeo, que se teme una tercera oleada de quiebras de aerolíneas. Y es que en estos días se han declarado insolventes la británica Flybe y la noruega Flyr.
La inflación y la subida de los precios del combustible están poniendo la puntilla a algunas compañías cuyas cuentas habían quedado exhaustas tras el duro golpe de la pandemia. Se convierten en víctimas tras haber logrado sobrevivir la primera avalancha de quiebras precovid que entre 2018 y 2019 se cobró víctimas tan ilustres como Air Berlin, Alitalia o las filiales de Thomas Cook, y a la crisis de reestructuraciones e insolvencias que llegó durante la propia pandemia, que hizo tambalear a Norwegian o a SAS.
Flybe: la repetidora
El pasado 28 de enero, Flybe, que fue considerada como la mayor aerolínea regional de Europa, se declaró insolvente y paralizó, repentinamente, toda su operativa. La compañía arrastraba problemas económicos desde mucho tiempo atrás. De hecho, en marzo de 2019 fue rescatada con 117 millones de euros por un grupo de accionistas, en enero de 2020 recibió un préstamo estatal de 115 millones de euros para hacer frente a sus problemas financieros y la compañía quebró en marzo de 2020. Ahora, el intento de revivirla ha vuelto a fracasar.
Flyr: tras los aprobados raspados, suspende
La trayectoria de la noruega Flyr, nacida en 2020, también ha sido turbulento, aunque todo apuntaba a que estaba recuperando el aliento tras haber aceptado una propuesta de sus accionistas para recibir financiación alternativa y así garantizar su supervivencia durante el invierno. Hoy, sorpresivamente, se ha anunciado el fin de sus operaciones y su declaración de quiebra. “Desafortunadamente, no hay alternativas para continuar con la operación”, han lamentado en un escueto mensaje en su web.
En este caso, supone un varapalo para algunos destinos españoles a los que servía vuelos esta compañía como Alicante, Barcelona, Gran Canaria, Madrid, Málaga y Mallorca.