El Ayuntamiento de Barcelona está comprobando cómo la Justicia respalda a cada vez más propietarios que presentaron solicitudes de licencias para sus pisos turísticos en 2019, cuando el Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos (PEUAT) no se encontraba vigente. 

El impasse propiciado por la anulación del mencionado Plan por parte del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), a causa de un defecto legal, fue aprovechado por diferentes propietarios para realizar el trámite de conversión de vivienda residencial a turística. 

Desde julio de 2022, el TSJC ha fallado a favor de empresas o propietarios particulares de viviendas vacacionales hasta en siete sentencias, aunque lo más probable es que acabe habiendo más. Y es que la tormenta desatada por el fallo que obliga al consistorio a expedir 120 licencias en un mismo edificio de la céntrica calle Tarragona, en el barrio del Eixample, parece arreciar cada vez más fuerte.
 

Vista aérea de Barcelona | Foto: vía Bourgeois Fincas

Vista aérea de Barcelona | Foto: vía Bourgeois Fincas

Las siete sentencias del Tribunal obligan al Ajuntament a inscribir en el censo de establecimientos de alojamiento turístico a aproximadamente doce nuevas licencias. Estas están repartidas por prácticamente todos los barrios de la Ciudad Condal: Sarrià-Sant Gervasi, Horta-Guinardó, Poble Sec, Sants-Montjuïc, etc.

El consistorio justificó la denegación de las licencias, basándose en que, al haber recurrido la anulación del PEUAT ante una instancia superior, el texto estaba aún vigente. Sin embargo, el TSJC confirmó la anulación del Plan durante aquel periodo en 2019 y la corporación municipal acabó reformulando el mismo en 2021, impidiendo la tramitación de nuevas solicitudes de viviendas de uso turístico para evitar la proliferación de recursos.