Sentencia del Supremo para el eco-complejo turístico Alcornocales Borondo Reserva Ambiental (Cádiz)
El Grupo Carbonell Figueras ha dado un paso más para desarrollar su gran proyecto eco-turístico en la Finca Borondo, en el municipio de San Roque (Cádiz), entre Alcaidesa y Sotogrande, en la Costa del Sol.
Y es que el Tribunal Supremo ha rechazado el recurso de casación que había interpuesto la Junta de Andalucía contra la sentencia de julio de 2021 del Tribunal Superior de Justicia andaluz (TSJA) que establecía que las 330 hectáreas de la finca en la que está ubicado el complejo quedan fuera del Parque Natural de los Alcornocales.
La decisión firme del Supremo, tomada el pasado 8 de julio, asevera que la resolución del TSJA es “irrecurrible” y destaca que los argumentos expuestos por el gobierno autonómico en su recurso carecen de la “fundamentación suficiente”.
Una inversión de 120 millones de euros
Con el respaldo judicial, los promotores lo tendrán más fácil para desarrollar el proyecto de turismo ecológico que, con una inversión de 120 millones de euros, supondrá la implantación de 263 cabañas y seis albergues, así como zonas de glamping (camping de lujo). A todo ello se suman instalaciones como centros de interpretación, aulas de la naturaleza, una eco-finca (con explotación ganadera, área de reciclaje, vivero y talleres de formación), un parque de naturaleza, una zona deportiva o un parque fotovoltaico, entre otros.
Desde la compañía con sede en el Campo de Gibraltar subrayan que solo se utilizará un 1,5% de las 330 hectáreas que abarca la finca. De igual manera, indican que la zona del frente litoral “se conservará como una reliquia y un paso físico al Parque Natural de Los Alcornocales para cualquier animal salvaje”. Para ello, aseveran que la zona quedará exenta de servidumbre antrópica [es decir, no están enfocados al paso de humanos]. Acentúan, además, que se instalarán escondites, observatorios de aves y miradores camuflados en el bosque para facilitar la observación de la fauna.
Evitar el impacto en la riqueza natural
Los promotores explican los diferentes pilares que componen su propuesta y que se centran, no solo en no dañar la flora y fauna autóctonas, sino a colaborar en su preservación. “Respetaremos los corredores ecológicos” y “santuarios” para toda la fauna, la masa forestal autóctona y flora endémica”, aseveran.
Por ejemplo, pretenden facilitar los encharcamientos permanentes y temporales para conseguir una laguna entre los arroyos Borondo y Guadalquitón. Esta medida, que se tomaría respetando las zonas arqueológicas, facilitaría la estancia para miles de aves migratorias. De hecho, subrayan que la Sociedad Española de Ornitología califica al Estrecho de Gibraltar de IMPORTANCIA INTERNACIONAL a escala MUNDIAL, ya que alberga uno de los mayores corredores migratorios para las aves marinas de todo el Paleártico occidental.
En lo que respecta a la flora, anuncian que trabajarán también en la recuperación de las riberas de los ríos, especialmente haciendo frente a especies alóctonas como el eucalipto, que está secando arroyos y provocando un descenso en el caudal del río. De igual manera, se comprometen a preservar la flora amenazada, vulnerable y en peligro de extinción y mantener los acebuches y los alcornoques, que forman parte de la flora endémica.
Otras intervenciones en este sentido son velar porque no haya masificación en la playa, la creación del citado centro de interpretación y de la finca agro-ecológica (en la que se fomentará la ganadería tradicional), la implementación de energías renovables o el trazado de senderos así como de caminos para el uso de bicicletas.
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