“En el momento en el que las agencias podamos trabajar, vamos a beneficiar a toda la industria”, defiende Carlos Garrido, presidente de la Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV), en una entrevista en exclusiva para Tourinews.
Pese al tirón que ha tenido el turismo nacional durante este verano, Garrido explica que la situación de las agencias de viajes sigue siendo “regular”, ya que los viajes de los españoles en nuestro territorio tan solo suponen un 25% de su actividad. El otro 75% se corresponde con el business travel, el turismo emisor y el MICE, que también siguen estancados y con pocas expectativas de avances. Lo que sí han constatado es que la gente tiene ganas de viajar y que, en cuanto se pueda, se producirá un ‘efecto champán’ donde hay lugar para nuevos productos. Por ahora, para que la situación mejore, siguen luchando por obtener ayudas y medidas estatales que les permitan salir de esta “pesadilla”.
Pregunta (P): ¿Cómo están viviendo las agencias de viajes esta temporada de verano?
Respuesta (R): Las agencias de viajes todavía estamos regular, sin duda somos el sector más perjudicado. La reactivación del turismo nacional ha sido un hecho durante este verano y, aunque no haya sido espectacular, por lo menos algunos establecimientos como restaurantes, hoteles o transportistas han empezado a trabajar. Pero a las agencias de viajes todavía nos queda un poquito, porque el turismo nacional solo supone el 25% de nuestra actividad y el 75% restante está dividido entre el turismo emisor, el MICE y el business travel, que desgraciadamente no ha arrancado todavía. Confiamos en que poco a poco lo vayan haciendo durante este último cuatrimestre.
P: ¿Qué porcentaje de las agencias de viajes han regresado al negocio?
R: Muchas de ellas están todavía congeladas y son con las que estamos trabajando ahora. Con congeladas me refiero a que están con todo su personal en ERTE y que están esperando, por una parte, que se reinicie la actividad y puedan volver a abrir sus negocios y, por otra parte, que se materialicen las ayudas directas del Estado. Estas ayudas, además, vienen con unas características muy complicadas que están dificultando el acceso a algunos empresarios, por lo que su situación económica todavía es grave. Entonces, va a ser clave el comportamiento de estas dos variables en este último cuatrimestre para ver realmente cuál es el impacto total de la pandemia en la industria de los viajes.
P: ¿Cuántas agencias se encuentran ahora mismo congeladas y cuántas se han retirado del negocio?
R: Se han retirado entre un 10 y un 15% y hay otro 10 o 15% en estado de espera a ver qué hacen, sin saber si realmente abrirán o tendrán que cerrar. Las cifras son muy graves porque, en total, estamos hablando de un porcentaje del sector bastante importante, un sector formado por pymes y micropymes en su mayoría –más del 90% tiene un número muy reducido de empleados, entre dos y seis– y puede ser muy grave que estos negocios no restablezcan la actividad.
"Mientras no abran el mercado americano y algunos destinos de Asia y de África, no podremos ver muchos avances"
P: ¿Cómo se han comportado las ventas de viajes al extranjero?
R: Muy mal. Los viajes internacionales han sido muy escasos, la gente ha decidido aplazarlos. Ha habido algún viaje a la zona del Caribe o a alguna capital europea, pero han sido muy pocos. Realmente, mientras no abran el mercado americano y algunos destinos de Asia y de África, no podremos ver muchos avances. También necesitamos que vuelva la actividad del business travel. Se ha juntado el cierre de los países y la inactividad que se produce en este segmento y en todo el turismo MICE.
P: ¿Qué porcentaje de su actividad se corresponde con el negocio MICE?
R: Aproximadamente un 15% de la actividad total, todo lo relativo a la actividad de congresos y reuniones. Además, este es un tipo de negocio muy rentable para el sector turístico porque el coste medio es muy elevado y sirve de publicidad para el destino donde se realizan los congresos. Pero ahora mismo esa venta está parada y, además, necesita otros plazos, porque estos eventos se programan de un año para otro y requieren mucho tiempo de preparación. Esos ritmos todavía no han arrancado y eso nos preocupa.
P: El hábito de las reuniones por videoconferencia ha crecido durante la pandemia. ¿En qué sentido puede perjudicar esto al negocio?
R: Es algo que, efectivamente, puede afectar de forma directa. Nosotros confiamos en el hecho de que la presencialidad forma parte de las relaciones comerciales y personales y es algo importante en a la hora de hacer negocio. Desde luego, esto puede afectar más al business travel que al MICE. El MICE es diferente, porque generalmente su objetivo es presentar productos y, evidentemente, es mucho más productiva una reunión presencial donde la gente puede ver el producto e interactuar. Pero bueno, en el business travel tampoco será igual una videoconferencia que una reunión en persona. Es verdad que hemos visto cómo ha crecido la posibilidad de hacer las videoconferencias, pero también hemos visto la frialdad y las dificultades que tiene. Entonces, confiamos en que se imponga la presencialidad y las previsiones que tenemos en ese sentido son positivas.
El cliente tiene muchas ganas de viajar y lo hemos notado en la demanda, pero por ahora no se ha materializado en reservas porque la gente aún está recelosa, aplazando sus viajes"
P: A principio de año anticipábamos que se iba a producir un ‘efecto champán’ cuando se reanudaran los viajes: optar por categorías superiores, vacaciones más largas, aumento del gasto… ¿Han notado este fenómeno?
R: Sí. El cliente tiene muchas ganas de viajar y lo hemos notado en la demanda, aunque, por ahora, esto no se ha materializado en las reservas porque la gente aún está recelosa, aplazando sus viajes, y porque la situación económica no lo permite en todos los casos. Pero sí creemos que se puede producir un efecto de esas características. Se ha notado, por ejemplo, en la realización de eventos como las bodas en los paradores nacionales, con cifras de récord. La gente ha estado aplazando los eventos y ahora se están realizando todos. Con el vacacional confiamos que pueda pasar lo mismo.
P: ¿Han notado nuevos comportamientos o hábitos por parte de los clientes?
R: Sí, sin duda. El cliente ahora busca un tipo de viaje sujeto a menos aglomeraciones, destinos de naturaleza, hoteles más abiertos, traslados de forma más independiente, que se cumplan los protocolos, reclaman garantías de seguridad… Todo esto está transcendiendo. Y los profesionales de la distribución también valoramos mucho estas ventajas y procuramos apoyarnos en ellas. Las agencias estamos preparando productos de esas características porque son los que se demandan y, además, a precios buenos. Estamos intentando alargar esta temporada y hay productos muy interesantes en ese sentido, puestos a disposición de los clientes que quieran disfrutar de sus vacaciones en estos últimos meses.
"El cliente tiene muchas ganas de viajar y lo hemos notado en la demanda, pero por ahora no se ha materializado en reservas porque la gente aún está recelosa, aplazando sus viajes"
P: Muchas partes del sector denuncian que los billetes entre la Península Ibérica y Baleares y Canarias son muy caros como para mover el turismo nacional hacia los archipiélagos, ¿desde CEAV están de acuerdo?
R: Lo estamos midiendo y estamos muy pendientes porque es algo que nos preocupa mucho. No lo tenemos constatado, pero sí estamos pendientes porque, si se produjera, sería algo muy grave para nuestra industria.
P: ¿Qué tendría que suceder para recuperar la normalidad en el negocio de las agencias de viajes?
R: Pues, primero, se tendrían que prolongar los ERTE, porque nuestra actividad va a tardar en recuperarse. También hacer ayudas a la fiscalidad, que no se ha tocado hasta ahora y las agencias de viajes somos el sector más perjudicado y que más tributamos en este sentido; tendría que hacerse un plan nacional serio de ayuda a la demanda, un plan RENOVE para los viajes, porque la situación económica de los españoles es regular; y nos tienen que dar algo de flexibilidad en cuanto a las plantillas. El problema de los ERTE es que vamos alargando, pero también vamos comprometiendo el mantenimiento de la plantilla y, en nuestro sector, como decía al principio, necesitamos reestructurar y adecuar las plantillas a nuestras capacidades. Si ya tenemos la certeza de que nuestro ritmo de facturación para los próximos meses va a estar por debajo de las cifras que manejábamos, necesitamos adecuarlo, aunque también estamos dispuestos a adquirir compromisos de repescar a todo el mundo, pero en unos plazos distintos. Esto es lo necesario para salvar a las agencias de viajes, a la distribución, a la contratación, a la logística y al turismo, porque en el momento en el que las agencias podamos trabajar vamos a beneficiar a toda la industria. Hay que generar negocio, volver a la actividad.