República Dominicana y, en general, el Caribe se encuentran en alerta este año por la llegada masiva de sargazo y la acumulación en sus costas debido a que ninguna empresa ni autoridad es capaz de retirarlo a tiempo. El país caribeño ya ha exigido anteriormente trabajar a nivel regional para mitigar el problema. Asimismo, Quisqueya ya se ha puesto manos a la obra y el próximo jueves 15 de junio celebrará la ‘Conferencia Regional Gran Caribe - UE: Convirtiendo el Sargazo en Oportunidad’.

Dicha conferencia reunirá a las más altas autoridades de diferentes países de Latinoamérica y el Caribe, así como de la Unión Europea, expertos del sector público y privado, representantes académicos, distintas ONG de la región y del Viejo Continente. Concretamente, entre los participantes se encuentran Roberto Álvarez, ministro de Relaciones Exteriores de República Dominicana; Katja Afheldt, embajadora de la Unión Europea en República Dominicana; y Miguel Ceara Hatton, ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Asimismo, estarán presentes los ministros de Medio Ambiente, Turismo y Economía de la región.

El evento, organizado conjuntamente por el Ministerio de Relaciones Exteriores, la Unión Europea y el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, tiene como propósito intercambiar información sobre cómo mitigar o emplear el sargazo en beneficio de toda la región. La conferencia abordará el impacto y los riesgos de esta alga parda, su monitorización y gestión, su valorización y uso, con miras a fomentar las políticas públicas, marcos regionales y reforzar la cooperación para impulsar la inversión del sector privado en ese sentido.
 


Con esta conferencia, República Dominicana espera marcar un hito para despertar un mayor interés por el fenómeno del sargazo a nivel regional y juntos se puedan buscar soluciones viables que mitiguen su impacto en los países del Caribe.

Aunque en condiciones climáticas normales, esta alga marina forma un ecosistema valioso, apoyando las redes alimenticias oceánicas y brindando refugio a especies endémicas, el incremento descontrolado de sus floraciones masivas se ha convertido en una amenaza para el medio ambiente y la salud pública. También para la economía, ya que actualmente es una de las principales preocupaciones del sector turístico en el Caribe, debido a que afea el paisaje de las paradisiacas playas de la región y después de un tiempo acumulado en la costa comienza a emitir un olor fétido.