La Administración Federal de Aviación (FAA por sus siglas en inglés) de Estados Unidos emitió el pasado miércoles, 7 de noviembre, una Directiva de Aeronavegabilidad de Emergencia que alerta de posibles indicaciones erróneas del ángulo de ataque (AOA, por sus siglas en inglés) en los Boeing 737 MAX 8 y MAX 9.
La directiva fue enviada horas después de que Boeing remitiera a los operadores de aviones 737 MAX un boletín de seguridad, tras conocerse los primeros resultados de la investigación del accidente del Boeing 737 MAX 8 de Lion Air, que se precipitó en el Mar de Java, el pasado 29 de octubre, con 189 pasajeros a bordo.
En este boletín, el fabricante explica a los operadores los procedimientos a seguir cuando el AOA muestra informaciones erróneas. Estos sensores son esenciales para evitar la caída del avión. La transmisión de datos incorrectos puede originar el descenso brusco de la nariz de la máquina, con el fin de evitar el desplome aerodinámico, lo que dificulta el control de la aeronave y provoca la pérdida de altitud y precipitación. Este tipo de errores solo tiene lugar en los vuelos manuales, según informa EnElAire.
La administración, por su parte, exige a los operadores de los Boeing 737 estudiar los manuales de vuelo del avión para que, a posteriori, lo remitan a los pilotos y así puedan aplicar los procedimientos a seguir en este tipo de circunstancias. Esta orden obliga a los operadores a revisar los manuales en menos de 30 días, debido a la "necesidad de corregir una situación de seguridad urgente".
De hecho, los investigadores que estudian los restos del accidentado avión de Lion Air ya habían instado tanto a Boeing como a las autoridades estadounidenses a revisar los Boeing 737 MAX, para comprobar la existencia de este problema. Y es que, se sabe que la aeronave siniestrada había experimentado lecturas defectuosas de la velocidad del aire en los últimos cuatro vuelos previos al accidente. Al tratarse de un avión nuevo, los analistas creen que el error pudo haber venido de fábrica.
Por el momento, no se ha recuperado la segunda caja negra de la máquina, donde están registrados los datos de voz de los pilotos, lo que podría esclarecer las causas del accidente.
Avería en motores Rolls Royce
El pasado mayo, se detectó una avería en los motores Rolls Royce Trent 1000 de los Boeing 787 Dreamliner de British Airways, que obligó a la compañía a suspender hasta una docena de vuelos directos entre Londres y Abu Dabi en pleno Ramadán. En concreto, las turbinas de los motores se vieron afectadas por corrosión. Este problema también perjudicó a algunos 787 Dreamliner de Norwegian, que tuvo que firmar un acuerdo de código compartido con la española Wamos Air para que se hiciera cargo de los vuelos entre Londres-Gatwick y Nueva York-JFK, debido a la falta de aviones.
Otro accidente golpea a Lion Air
Una semana después de que el Boeing 737 MAX8 se precipitara en el Mar de Java, otro avión de la aerolínea sufrió un incidente durante la maniobra de despegue, el pasado miércoles. Se trata de un Boeing 737-900 ER que se estrelló contra un poste eléctrico cuando se dirigía hacia la pista de despegue, en el aeropuerto de Fatmawati (Bengkulu, Indonesia). La aeronave se disponía a operar el vuelo JY633 con destino al aeropuerto Soekarno Hatta (Batén, Indonesia).
Por suerte, ningún pasajero resultó herido, aunque el impacto dañó el ala izquierda del avión, así como ocasionó retrasos en otros vuelos. Desde la compañía, aseguran que se ha iniciado una investigación para esclarecer lo ocurrido, así como el grado de implicación del piloto y el estado de la propia máquina. Lion Air se disculpó ante los pasajeros por las molestias causadas por el incidente.