El detonante fue el accidente de un vuelo de Ethiopian Airlines que acabó con la vida de 157 personas del pasado 10 de marzo, apenas cinco meses después de que otro avión se estrellase en Indonesia provocando la muerte de 189 personas. En ambos casos, las aeronaves siniestradas eran un Boeing 737 MAX 8 y eran relativamente nuevas, similitudes que hicieron saltar todas las alarmas.
Ahora, toda la flota mundial de la familia 737 MAX (7, 8 y 9) permanece en tierra, eso supone que aproximadamente 350 aviones están inoperativos y a la espera de una solución. Una respuesta que tiene que llegar de la mano del fabricante estadounidense.
En una carta abierta, Dennis Muilenburg, director ejecutivo de Boeing, ha admitido que su empresa entiende que "las vidas dependen del trabajo” que hacen y que por ello están tomando medidas para garantizar la seguridad del modelo 737 MAX. En concreto ha explicado que se aplicará una actualización del software de este modelo, en la que se empezó a trabajar tras el accidente de Lion Air, en octubre de 2018. Esta actualización saldrá “próximamente”.
Asimismo ha explicado que están trabajando “dura y rápidamente para aprender más sobre el accidente de Ethiopian Airlines y entender la información procedente de las grabaciones de voz de la cabina y los registros de vuelo”.
A su vez ha destacado que las “trágicas pérdidas” de ambos accidentes han afectado mucho a la empresa que lleva más de 100 años en la industria de la seguridad aérea. "También entendemos y lamentamos los desafíos de nuestros clientes y los pasajeros causados por la cancelación de vuelos", ha añadido haciendo alusión al reto que supone para las compañías aéreas dejar en tierra parte de su flota.
Pérdidas para las aerolíneas
Aerolíneas como Norwegian han tenido que dejar en tierra sus 18 Boeing 737 MAX. Esta decisión ha provocado que las acciones de la ‘low-cost’ perdiesen cerca del 10% de su valor en la bolsa de Oslo la pasada semana. Por todo ello, desde la compañía noruega han anunciado que exigirán una compensación económica a Boeing: “Vamos a enviar la factura a los que construyeron el avión”, manifestó el portavoz de la compañía Lasse Sandaker-Nielsen, que añadió que “la aerolínea no debería sufrir económicamente por esto”.
Por su parte, desde TUI Fly, aerolínea perteneciente a TUI Group, han explicado que dejar su flota de 15 aviones 737 MAX, supone una pérdida semanal de 3,2 millones de euros. Y es que la compañía planea arrendar aeronaves para cubrir las rutas y frecuencias afectadas.