“En Iberia, los clientes discapacitados no son importantes: Si quieres mi plaza, quédate con mi problema”, con este mensaje protesta Manuel Amil Lago ante la situación a la que se enfrentó hace apenas una semana en el vuelo de Iberia que le llevó de A Coruña a Madrid. Si ya de por sí utilizar el avión “es un obstáculo para las personas con discapacidad”, en su caso la situación fue más comprometida.
“El pasado miércoles 24 de marzo, llegué al aeropuerto de A Coruña y cuando me dirigí al mostrador de Iberia para solicitar la asistencia para Personas con Movilidad Reducida (PMR), me llevé una sorpresa enorme cuando un empleado de la aerolínea me informó de que mi tarjeta de embarque no era válida”, relataba el gerente del Centro Especial de Empleo Amilaxa-Publicity a través de su cuenta de LinkedIn.
El empleado le aseguró que Iberia no permite viajar en ventanilla a las PMR, que deben viajar en pasillo. El sitio que había reservado en clase turista, y por el que había pagado un cargo adicional, “no podía ser utilizado por personas con discapacidad”. Amil explica a Tourinews que esta situación es un tanto ilógica: “Siempre solicito e informo Aena de mis necesidades y por supuesto que lo mismo hice con Iberia, ahora dirán que no es cierto”. Además, insiste en que viaja bastante y lo ha hecho en ventanilla: “Tras muchos años viajando esta es la primera vez que me fuerzan a viajar en pasillo, es de traca”.
5€ de compensación
“El 16 de enero, yo había imprimido mis tarjetas de embarque donde consta que el asiento que pagué, con un cargo adicional, es el 8A (ventanilla)”, sostiene. El 23 de enero, un día antes de volar, le envían un correo que ha podido ver esta redacción con el siguiente texto:
Se ha modificado el tipo de avión previsto para realizar tu vuelo y, al no coincidir la distribución de los asientos, te hemos reservado otro de características similares.
Ante este cambio Amil se muestra indignado: “¿Características similares? Me asignan el asiento 19C en el pasillo y al fondo”. Para él, con secuelas de la polio en ambas piernas, el auténtico problema es sentarse en pasillo, porque “es muy complicado” para él levantarse para permitir que las personas que le acompañan puedan salir al baño.
La única solución que le ofrecieron, fue que presentase una reclamación para que le devolviesen los 5€. “Posteriormente, presenté la reclamación correspondiente”, añade.
Cliente ‘Esmeralda’
De nuevo en el avión, pidió explicaciones a una de las tripulantes de cabina y, según revela, ésta le confesó que ese asiento había sido asignado a uno de los clientes llamados por Iberia como “Esmeralda”. Según explica, estos clientes pueden elegir el asiento que prefieran sin tener en cuenta si ha sido anteriormente seleccionado por otro pasajero: “Esta es la auténtica razón por la que me forzaron a sentarme en la parte de atrás del avión, una vergüenza”.
Este medio ha intentado ponerse en contacto con Iberia para comprobar si se siguen este tipo de políticas a la hora de favorecer a los clientes Esmeralda (los que poseen la tarjeta Iberia Plus Platino o Infinita), sin embargo, en el momento de la publicación no se ha obtenido respuesta.
Descubre más sobre los clientes Esmeralda en No solo tránsfers en limusina, sino además quitarle el asiento a otro pasajero
A la hora de realizar una valoración de la situación, Manuel insiste en que se trata de “caciquismo por parte de Iberia, donde el dinero es lo importante” e incide en que no volverá a viajar con ellos “salvo que no tenga otro remedio”.
“Si tratan a alguien con discapacidad así, ¿qué hacen con el resto?”, concluye.